Unas 800 personas se han concentrado frente a la Subdelegación del Gobierno en Lleida, convocadas por una treintena de entidades independentistas en el marco de las movilizaciones del 21 de diciembre, "contra la represión, por la autodeterminación y por los derechos sociales". Bajo el lema "derribemos el régimen", los manifestantes han exigido la liberación de los líderes soberanistas presos, el regreso de los exiliados y han increpado a los Mossos d'Esquadra.
Miembros de las entidades convocantes también han leído un manifiesto en el que defienden el derecho a la autodeterminación de Cataluña y denuncian "la politización del Tribunal Constitucional", afirmando que, "lejos de garantizar los derechos y libertades, bloquea los recursos de los presos democráticamente elegidos". A lo largo de la manifestación se han oído proclamas de "independencia" y "libertad presos políticos", así como varios reproches a los Mossos d'Esquadra como "no os merecéis la senyera que lleváis".
Después de que la concentración quedara desconvocada, unas 300 personas se han quedado frente al edificio de la Subdelegación, rodeado y protegido por un fuerte dispositivo policial y por multitud de vallas de seguridad. Entonces, varios asistentes han lanzado bengalas y huevos a los agentes, los cuales también han sido increpados al grito de "caña contra España", "contra el fascismo, ni un paso atrás" o este edificio será una biblioteca".
