Un establecimiento histórico situado en el Eixample de Barcelona, Queviures Múrria, ha tomado medidas para controlar la afluencia de turistas que interfieren en el funcionamiento diario del negocio. Con el objetivo de disuadir a los visitantes que solo quieren curiosear o tomar fotografías sin comprar nada, el establecimiento ha colgado un cartel en la puerta informando que estos turistas deberán pagar cinco euros.
Tal y como adelanta Toni Merino en 324.cat, el letrero, redactado en inglés, fue colocado el pasado miércoles y ha tenido el efecto esperado. Según Merino, el establecimiento se encontraba saturado de turistas que interferían en las tareas diarias, por lo que decidieron probar esta medida.
Aunque la idea inicial del cartel surgió "medio en broma", Merino ha afirmado que han comprobado que funciona. "No tenemos la intención de cobrar los cinco euros a nadie. Desde que está el cartel, los visitantes al menos acaban comprando algo", afirmó.
