Agentes de la Policía de la Generalitat – Mossos d'Esquadra de la comisaría de Salou (Tarragonès) detuvieron el día 2 de agosto a dos hombres y una mujer, de edades comprendidas entre 38 y 53 años, de nacionalidad colombiana y venezolana, vecinos de Reus (Baix Camp) y Vila-seca (Tarragonès), como presuntos autores de un delito de estafa. Los hechos sucedieron hacia el mediodía del mismo día 2 de agosto, cuando una patrulla de paisano, que realizaba servicio de prevención por hurtos en La Pineda (Vila-seca), observó una actuación sospechosa de varias personas frente a una oficina bancaria situada en la calle Pau Casals. Inicialmente, los agentes prestaron atención a la actitud de un hombre que se mostraba muy nervioso mientras hablaba por teléfono. Lo siguieron y vieron que se introducía dentro de un vehículo. A los pocos minutos y de manera separada, llegaron al mismo lugar una mujer y otro hombre con cierto nerviosismo y una actitud de vigilancia. Dado el comportamiento de las tres personas, los agentes sospecharon que acababa de pasar algo, motivo por el cual, se acercaron y se identificaron como policías. Mientras los agentes hablaban con estas personas, una mujer de edad avanzada les requirió porque posiblemente había sido víctima de una estafa por parte de las tres personas que se encontraban en el lugar. La víctima explicó que hacía poco rato, uno de los dos hombres se le había acercado y le había explicado que tenía problemas para cobrar un billete de lotería premiado. Seguidamente se acercó la mujer, que había escuchado la conversación, ofreciendo su ayuda. Ésta llamó a una "supuesta" administración de lotería donde una tercera persona, cómplice de la estafa, le confirmó que el billete estaba premiado, pero que para hacer efectivo el pago, el premiado necesitaba de dos testigos que aportaran de entrada y de buena fe un aval económico, y que estos dos testigos a posteriori serían gratificados con parte del premio. La víctima pudo escuchar la conversación mediante la activación del manos libres del teléfono móvil desde donde se había efectuado la llamada. La mujer, que hacía de "gancho", ofreció a la víctima que entre las dos aportaran el aval económico necesario al propietario del billete, para que pudiera llevar a cabo el cobro del premio. La señora fue a su domicilio donde recogió dinero y joyas para aportarlas como aval. Cuando la víctima regresó y entregó su parte económica pactada, como maniobra de distracción, la mujer le pidió que fuera a una farmacia cercana para comprarle un medicamento, mientras ella acababa de cerrar el trato con el propietario del billete premiado. Al regresar de la farmacia, la víctima vio que en el lugar donde había dejado a la mujer "gancho" y al supuesto hombre premiado, ya no había nadie. Por suerte, le sorprendió ver a la policía al final de la calle donde se encontraba, y al acercarse, vio que los agentes tenían detenidos a la mujer "gancho", al hombre propietario del billete premiado y a un segundo hombre. Ante la evidencia de que la víctima acababa de sufrir una variante de la estafa conocida como "tocomocho", los mossos detuvieron a las tres personas sospechosas. Además, recuperaron el dinero y joyas propiedad de la víctima. Los detenidos pasaron el día 3 de agosto a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de Tarragona, que decretó su libertad con cargos. Modus operandi de la estafa del "tocomocho" Esta modalidad de estafa requiere de dos o tres personas, una de las cuales simula tener alguna carencia o necesidad urgente de dinero, por lo que se dirige a la posible víctima, generalmente personas de edad avanzada. El estafador intenta hacer creer que tiene un billete o resguardo de algún juego de azar premiado y le propone a la víctima que lo cambie por una cantidad de dinero muy inferior al valor del premio. Entonces entra en juego el segundo estafador, que pasa de casualidad por el lugar. Este segundo se muestra muy interesado en el supuesto billete premiado y le ofrece a la víctima comprarlo a medias para compartir las cuantiosas ganancias. Si es necesario, le acompañan hasta una entidad bancaria donde pueda sacar dinero, o hasta su domicilio. Con cualquier pretexto los estafadores se marchan y dejan el billete supuestamente premiado a la víctima. Cuando los estafadores no regresan, la víctima se da cuenta de la estafa al comprobar que el billete de lotería no está premiado.
