Una noticia incomprensible con tres muertos que se podrían haber evitado. Elizabeth Lawley, una mujer embarazada de 6 meses, de 33 años de edad y su hijo pequeño fueron encontrados muertos por arma de fuego en una casa de Wallace, un pequeño pueblo del norte de Idaho (Estados Unidos).
Los agentes de la oficina del Sheriff recibieron una llamada el miércoles pasado por la noche, alertando de una muerte en el hogar, anunció la Sheriff del condado de Shoshone, Holly Lindsey. Cuando llegaron los agentes se encontraron con la escena dantesca de Elizabeth Lawley y su hijo de 2 años en el suelo, ensangrentados y sin vida.
El padre de Lawley llegó a la casa a las 6 de la tarde y supuso que su hija y su nieto estaban durmiendo en la habitación. No fue hasta las 20:30 h que fue a comprobar si aún dormían y encontró sus cuerpos.
Ambos tenían heridas de bala, y una investigación preliminar indica que Lawley disparó y mató al niño y luego disparó contra sí misma, según la Sheriff. Lindsey afirmó que en sus 19 años de servicio en el condado de Shoshone, nunca había visto la oficina del sheriff tan triste y devastada.
"Hoy ha sido un día extremadamente difícil para la familia, para nuestra oficina y para esta comunidad. Y solo puedo imaginar lo que está pasando la familia", dijo Lindsey.
El suicidio es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos y ha ido aumentando durante la última década, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Las armas de fuego son el método más común utilizado en los suicidios.