Tradición y devoción en la Procesión de los Dolores de Lleida

15 de abril de 2019 a las 07:18h

Lleida ha vivido con devoción la procesión de los Dolores, que se celebra en la ciudad el Domingo de Ramos. El obispo de Lleida, Mons. Salvador Giménez, y el paer en cap, Fèlix Larrosa, han presidido la representación institucional que ha asistido a la procesión penitencial en honor a la Virgen, y a la cual se han reunido varios concejales y autoridades civiles y religiosas. La Real y Venerable Congregación de Nuestra Señora de los Dolores de Lleida es la organizadora del desfile religioso que recorre solemnemente las calles de la ciudad.

Encabezada por la escuadra de los Armados de los Dolores, la procesión está formada por diferentes pasos en representación de los siete Dolores de María, las vestas de las respectivas cofradías, acompañadas de bandas de música o tambores, penitentes y representaciones plásticas de la vida de la Virgen, con un total de doce pasos o grupos escultóricos, que culminan con el tabernáculo de la Virgen de los Dolores. La procesión de esta virgen data del año 1753 y sale del Oratorio que lleva su nombre, situado en la calle Cavallers y sede de esta Congregación. La procesión está protagonizada por los pasos o los misterios que subrayan los dolores que sufrió María al conocer el destino de su hijo, y especialmente, el de la Dolorosa, una imagen o talla de la Virgen que llora en soledad.

El itinerario ha sido el mismo que en anteriores ocasiones, saliendo de la calle Cavallers y pasando por la avenida de Blondel, la avenida de Cataluña, las calles Lluís Companys, Unió, Templers, Acadèmia, República del Paraguai, Alcalde Costa, Sant Antoni y calle Major, para volver otra vez al Oratorio por Cavallers, donde se finaliza con el canto de la Salve Regina.

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C CIUTAT
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