La entrada en servicio del nuevo puente del Estado, a partir de septiembre, también afectará al tráfico rodado que circule por el casco antiguo. El Ayuntamiento aprovechará el final de la obra para limitar y reducir hasta los 20 km/hora la velocidad en todo el casco antiguo. La medida, como ha explicado el alcalde de Tortosa, Ferran Bel, permitirá concienciar a los ciudadanos de que la prioridad en esta parte de la ciudad deben ser los peatones. Con la reforma del puente del Estado ya se ha hecho un acceso a la plaza Constitución para intentar pacificar el tráfico. La limitación de velocidad afectará al centro histórico, barrio del Rastro, y parte de Remolins, sobre todo la zona próxima al castillo de la Suda. Quedará excluida la avenida Felip Pedrell. Actualmente, ya hay un tramo de la calle Montcada con limitación a 20 km/ hora que se puso en servicio con la entrada en funcionamiento del nuevo aparcamiento subterráneo.
La reforma del puente del Estado estará terminada antes de las fiestas mayores de la Cinta, a principios de septiembre. Según ha explicado Bel, la semana que viene, para la Fiesta del Renacimiento, ya se abrirá el puente a la circulación de vehículos en los dos sentidos de la marcha, mientras se termina la acera de la parte izquierda. El puente deberá volver a cerrarse al tráfico, parcialmente, a mediados de agosto, para terminar de instalar la plataforma.
Con el horizonte del final de la obra ya cerca, el alcalde ha reconocido que no habría tenido el "coraje" de hacer la obra del puente del Estado en su primer mandato. "Nadie puede suicidarse políticamente", ha asegurado. Bel reconoce que sabía que esta obra le generaría problemas: la dificultad técnica de la obra, añadida a un chantaje por parte de una de las empresas en concurso que integraban la UTE, así como los problemas de movilidad que conlleva a la ciudad. Con todo, está convencido de que es una de las obras que transformará la ciudad y que era necesario afrontar.
