El estado de Texas ejecutó ayer martes a un hombre condenado a muerte por el asesinato de su esposa e hija en 2009. Gary Green, de 51 años, fue declarado muerto a las 19.07 hora local (01.07 GMT del miércoles) en la Penitenciaría de Huntsville, en este vasto estado conservador. Se trata del octavo condenado a muerte en ser ejecutado en el país desde el comienzo del año.
Fue sentenciado en 2010 por, un año antes en Dallas, haber apuñalado a su esposa y ahogado a su hija de seis años en una bañera. La mañana de la tragedia, su esposa le había enviado una carta de ruptura.
Él respondió que "se perderían cinco vidas", recuerda la prensa local. Afortunadamente, no pudo matar a los dos hijos de su esposa, de 9 y 12 años, sino que intentó suicidarse ingiriendo una gran dosis de droga.
INTENTOS DE EVITAR LA EJECUCIÓN
Los abogados de Green han intentado en los últimos años que se anule la sentencia de muerte, alegando presuntos trastornos mentales. Recordemos que la Corte Suprema estadounidense ha prohibido la ejecución de personas incapaces de comprender el significado de la sentencia.
Gary Green también emprendió acciones legales para evitar que Texas lo ejecutara con sustancias letales que podrían haber caducado. A pesar de la decisión a su favor por parte de un tribunal de primera instancia, un tribunal de apelaciones desconsideró la decisión y tres de los demandantes en Texas ya fueron ejecutados desde principios de año.
Otra ejecución, la de Arthur Brown por un cuádruple asesinato que niega haber cometido, está prevista para el jueves en Texas.
