Se instalan dos puntos de alimentación en los Puertos para favorecer la reintroducción del quebrantahuesos

11 de marzo de 2019 a las 09:43h

El Parque Natural de los Puertos ha habilitado dos puntos de alimentación suplementaria (PAS) para fomentar la reintroducción del quebrantahuesos, un proyecto liderado por la Generalitat Valenciana. El año pasado se liberaron, en el Parque de la Tinença de Benifassà (Baix Maestrat), dos polluelos criados en cautividad y dos adultos capturados en el Pirineo aragonés para recuperar esta especie de buitre en los Puertos, donde desapareció, "por causas humanas", a principios del siglo XX. Uno de los adultos regresó a los pocos días a los Pirineos, pero los otros se mantienen en la zona de reintroducción. En los puntos de alimentación, situados en Tortosa y Horta de Sant Joan (Terra Alta), se depositan cada semana diez kilos de piezas de carne y huesos, procedentes de mataderos locales, para suplementar la dieta de estos carroñeros. Hay siete PAS más en la Comunidad Valenciana y Aragón. El año pasado se inició un proyecto para la reintroducción del quebrantahuesos en las montañas de los Puertos-Maestrats. Lo lidera la Generalitat Valenciana y cuenta con la participación de la Generalitat de Cataluña, del gobierno de Aragón, la Vulture Conservation Foundation, y del Ministerio de Transición Ecológica. El quebrantahuesos, también conocido como buitre negro, es una de las cuatro especies de buitres que viven en Europa. Tiene más de dos metros y medio de envergadura y es una de las aves europeas más grandes.

El quebrantahuesos desapareció de los Puertos a principios del siglo XX, al igual que en otros macizos importantes de la península. "Se extinguió por causas humanas y está amenazada a nivel global. Desapareció por venenos y persecución directa. Es una especie carroñera y si, por ejemplo, se come una zorra envenenada, el veneno queda en los huesos y se transmite", ha explicado Joan Mestre, técnico del Parque Natural de los Puertos.

A raíz de esa fuerte regresión de la especie, el quebrantahuesos solo sobrevivió en zonas limitadas del Pirineo, una vez se extinguió en la zona de Cazorla, en 1986. A principios de los años 80 solo existían cinco o seis parejas en Cataluña y a través de acciones de protección y proyectos de recuperación se incrementó el número de territorios con presencia de estos buitres. Actualmente hay tres poblaciones salvajes de quebrantahuesos en los Pirineos, en Córcega y en Creta, y se trabaja en la reintroducción en los Alpes, Andalucía y la cordillera Cantábrica.

"Queremos ampliar su área de distribución a otras zonas más allá de los Pirineos, porque es una especie amenazada y en peligro de extinción", ha apuntado Mestre. Con un espacio tan delimitado les cuesta reproducirse. "Este proyecto interesaba porque los Puertos-Maestrat está a caballo entre las poblaciones naturales del Pirineo y las poblaciones reintroducidas en la sierra de Cazorla y puede hacer de puente", ha añadido.

En mayo del año pasado, se liberaron en la Tinença de Benifassà dos polluelos de quebrantahuesos criados en un centro de Guadalentín, en Jaén. Se liberaron con el método del hacking, que prevé que se les acompañe en las primeras etapas de vida, proveyéndoles comida y ayudándoles a adaptarse al medio "de manera progresiva y exitosa".

Los dos puntos de alimentación suplementaria (PAS) que se han instalado en los Puertos forman parte de este objetivo. La brigada del Parque Natural de los Puertos ha construido dos habitáculos de observación, y mantienen los puntos de alimentación donde, una vez por semana, se encargan de dejar unos diez kilos de piezas de carne y huesos procedentes de mataderos locales. Es un apoyo a la dieta de estos buitres que comienzan a habituarse al entorno. En la parte valenciana y aragonesa de los Puertos hay habilitados siete PAS más.

También en la Tinença de Benifassà, en noviembre pasado, se liberaron dos ejemplares adultos no reproductores, capturados en el Pirineo aragonés. A los pocos días, uno de ellos regresó a los Pirineos, pero el otro se mantiene en la zona. Los técnicos realizan un seguimiento geolocalizado. Está previsto que esta primavera se liberen más ejemplares en el Parque de la Tinença, serán tanto polluelos criados en cautividad como adultos no reproductores.

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