Diariamente los cuerpos de seguridad reciben llamadas alertando de que se ha producido un hurto en algún comercio de la ciudad. Es por este motivo que muchas tiendas, y centros comerciales, toman medidas cada vez más estrictas para evitar que los ladrones sustraigan cualquier producto sin pasar por la caja.
En el caso concreto de Tarragona, según fuentes oficiales a las que ha podido acceder este diario, el 60% de los hurtos denunciados en la ciudad tienen lugar en el Parc Central. Los trabajadores del centro comercial no se sienten cómodos y piden mejorar las medidas de seguridad para garantizar su tranquilidad y la de los clientes. "No podemos estar pendientes de la puerta las 24 h del día mientras estamos atendiendo", comenta la dependienta de uno de los establecimientos de este conocido centro comercial de la ciudad. "Saben muy bien cómo actuar a la hora de robarnos. Conocen, perfectamente, la ubicación de las cámaras y cómo quitar las alarmas", explica otra dependienta de este mismo centro.
Método de actuación
Forrar las bolsas de aluminio, disponer de un doble fondo o tener un imán especial son algunas de las formas más habituales que los ladrones utilizan para anular la señal de las alarmas. El trabajador de una de las tiendas de deportes de las que dispone el centro ha explicado a este diario que el control en los cambiadores es esencial "para controlar cuántas piezas de ropa se prueba un cliente y con cuántas sale del probador". Una solución simple y segura que los dependientes tienen muy inculcada. Todos los trabajadores coinciden en que, aunque han incrementado las medidas de seguridad, no han desaparecido, ni siquiera disminuido, los robos. "Casi cada día denunciamos un hurto", comenta una trabajadora. Tiendas como Primark disponen de un vigilante en la puerta del establecimiento durante todo el día.
El perfil del ladrón es mayoritariamente gente joven que actúa en grupo. Mientras unos despistan a los trabajadores, los otros desactivan o quitan las alarmas y se llenan las mochilas. "Tenemos que ir con mucho cuidado porque cuando limpiamos la tienda nos encontramos alarmas en los lugares más inesperados", señala la trabajadora de otro de los establecimientos.
También nos explican que normalmente cuando pillan a los ladrones les hacen pagar lo que han robado, y si la situación deriva a momentos tensos o violentos se llama a la Guardia Urbana, la cual acude al lugar de los hechos y toma las medidas adecuadas. "Los agentes intervienen con bastante frecuencia", dice el encargado de uno de los establecimientos.
