Roda de Berà se convirtió en septiembre de 2020 en el primer municipio de Cataluña en aprobar el uso de pirotecnia silenciosa o menos ruidosa. Así lo decidió el Pleno, por mayoría, a través de una moción presentada por el grupo Junts per Roda, con la que se aprobó que en todos los actos organizados por el Ayuntamiento en los que se haga uso de pirotecnia y fuegos artificiales, se harán con pirotecnia silenciosa o menos ruidosa. También se podrá optar por espectáculos visuales con láser, piro musicales con este tipo de pirotecnia, o con drones, como ya está planificando la concejalía de Fiestas de cara a la Fiesta Mayor de San Bartolomé.
El objetivo es conseguir que estos tipos de espectáculos sean más inclusivos, conciliadores y respetuosos con todas las personas y los animales y que los vecinos y vecinas que nunca asisten a este tipo de eventos puedan acudir y disfrutar de ellos como el resto de la ciudadanía.
"La pirotecnia y los fuegos artificiales forman parte de nuestra cultura y tradición, pero tenemos la obligación moral de evolucionar, de hacer de nuestro municipio un lugar más respetuoso y cívico para todos. Es por eso que pedimos que en la verbena de San Juan los rodenses reduzcan el uso de la pirotecnia más ruidosa que puede dañar tanto a personas como a los animales, y a la vez de comprar se decanten por aquella que aporte más luz y color, y menos ruido", asegura el Alcalde.
A las personas con trastorno del espectro autista (TEA), las explosiones de los petardos les causan un gran sufrimiento, pudiendo generar crisis de llantos, autolesiones y actitudes agresivas, entre otras consecuencias. A las personas con Fonofobia, Alzheimer, vértigos y otras enfermedades mentales, les puede provocar estrés, desorientación y nerviosismo. También hay estudios que demuestran que la pirotecnia convencional tiene efectos en los bebés que pueden llegar a provocar zumbidos y pérdida de la audición, en algunas ocasiones temporales y otras irreversibles.
El ruido de la pirotecnia puede tener efectos negativos también en los animales. Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar en ellos conductas no habituales como huir y perderse, autolesiones, o hacer daño a sus dueños. Además, pueden sufrir palpitaciones, taquicardias, falta de aire, temblores e incluso les puede provocar la muerte.
Por todo ello, las empresas pirotécnicas conocedoras de las nuevas sensibilidades de la sociedad, ya ofrecen alternativas menos ruidosas, con una media de sonoridad por debajo del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud.