Reus recupera el Castillo del Cambrer para usos institucionales, cívicos y culturales

27 de julio de 2017 a las 11:23h

El Gobierno de Reus recuperará el Castillo del Cambrer, el edificio conservado más antiguo de la ciudad y que representa los orígenes de Reus, para aprovechar su valor patrimonial e histórico y destinarlo a usos institucionales, cívicos y culturales. El nuevo espacio remodelado se denominará Centro Cultural Castillo del Cambrer. Las obras comenzarán en el primer trimestre del año que viene, y pondrán en valor el simbolismo de un edificio construido en el s. XII y que a lo largo del s. XX se reformó en diferentes ocasiones para destinarlo a la sede del Archivo Municipal.

Con el tiempo, el castillo se ha ido vaciando de uso y de contenido hasta la actualidad, cuando se utiliza puntualmente la planta baja para dar apoyo a festivales y celebraciones ciudadanas como la Fiesta Mayor o el Festival de Circo Trapezi. La planta bajo cubierta conserva el archivo de notarios. Y, la planta noble y su altillo están en desuso.

Las obras que se ejecutarán, según el proyecto encargado por la concejalía de Urbanismo, deberán dar respuesta a las siguientes necesidades y requerimientos: hacer accesibles las plantas altas a usuarios con silla de ruedas; hacer las adaptaciones normativas que permitan el uso de la planta noble para actividades de pública concurrencia; y mejorar y adaptar las instalaciones a la normativa. Igualmente, se prevén trabajos de mantenimiento de los acabados de los pavimentos y de paramentos verticales. Finalmente, la propuesta tiene pendiente de valorar —a la espera de decidir una nueva ubicación— el traslado del archivo de notarios de la planta bajo cubierta.

La actuación tiene un presupuesto de 144.450,00 euros (174.784,50 con IVA) y contempla trabajos para recuperar y poner en valor histórico y patrimonial del edificio, y trabajos para adecuarlo a los nuevos usos: Así, entre otros, se prevé la reforma del ascensor ampliando el hueco, que actualmente no permite instalar una cabina suficientemente grande; la adaptación de los elementos estructurales y constructivos y de los recorridos de emergencia a la normativa de incendios; las reformas de las escaleras principal y secundaria; la dotación del edificio de los servicios higiénicos adecuados; la reforma de las instalaciones eléctrica, informática y de audiovisuales; y la instalación de una nueva iluminación. A la vez, se prevé el tratamiento de consolidación de la piedra de la planta baja; la reparación de los pavimentos o el pintado de paredes y techos, entre otros.

La actuación planteada por el Ayuntamiento de Reus deberá ser validada por el Departamento de Cultura de la Generalitat, ya que el Castillo del Cambrer está declarado Bien Cultural de Interés Nacional desde 2005.

El castillo del Cambrer Hasta finales del s. XIV la villa de Reus tuvo dos señores feudales: el castlà y el canónigo cambrer de Tarragona. El castillo del Cambrer, sede de esta última autoridad, se construyó a mediados del s.XII en un lugar preeminente, cerca de la encrucijada de caminos donde se comenzaba a configurar la villa. Con la construcción de la primera muralla, el castillo quedó arrinconado al noreste de la población, formando parte del conjunto defensivo. En el s. XIV, con la segunda muralla, el castillo pasó a ocupar el centro de la llamada villa nueva, sin perder su poder defensivo.

El espacio que ocupaba el castillo venía a ser entonces el que hoy ocupa la plaza, todos los edificios de la banda de poniente y parte del edificio de la Prioral. Tenía dos portales: el primero, en la banda sur, justo frente a la puerta posterior de la iglesia, donde hoy se abre la puerta de San Sebastián, y el otro en la banda del Mercadal, donde hoy hay el callejón que conecta las dos plazas. En la planta baja del edificio había la bodega, los almacenes y el espacio destinado a prisión, y en el piso de arriba había la sala y al menos dos habitaciones, conocidas como "mayor" y "la del señor". A finales del s. XV parece que la señoría solo utilizaba el castillo como bodega y prisión.

La descomposición física del recinto original se inició a comienzos del s. XVI. En 1512, al abrirse la calle de Santa María, se derribó una parte del muro, y en 1514 se rebajó el patio para ponerlo al mismo nivel que las calles de los alrededores, hecho que indica que se comenzó a urbanizar el espacio; más tarde se tuvo que derribar una parte de la bodega para construir la Prioral, y a lo largo de los siglos XVI y XVII, el Capítulo fue vendiendo diversas dependencias hasta que el edificio quedó reducido a la actual casa número 4 de la plaza.

A partir de este momento se inició un largo proceso de degradación. El edificio fue habilitado como casa de estandantes, lo que conllevó, entre otras obras, que se construyera un suelo que partía en dos pisos los arcos góticos de la planta noble.

La primera propuesta seria de recuperación, en 1922, fue obra del arquitecto Jeroni Martorell, entonces director del Servicio de Conservación y Catalogación de Monumentos de la Mancomunidad de Cataluña. Se trataba de un proyecto bastante ambicioso que proponía reurbanizar la plaza derribando las casas de la derecha del castillo para abrir una calle que conectara con la calle Mayor. Martorell quería dignificar y aislar el castillo, y solo pretendía conservar los arcos originales, desfigurando el antiguo patio de armas que se había mantenido casi inalterado. El proyecto se encontró con la oposición de los vecinos y del Ayuntamiento, que se negó a hacer frente a las obras. Ya en aquella época se pensó en este edificio para acoger los documentos históricos de la ciudad.

En 1941 Joan de Dalmau compró el edificio a la parroquia de San Pedro y lo dio a la ciudad en 1949, con el objetivo de dedicarlo a instituto de fomento y estudios locales. El edificio ocupaba 160m2 y se componía de planta baja, dos pisos y unas buhardillas. En 1950, el arquitecto municipal Antoni Sardà hizo un nuevo proyecto de restauración, retocado en 1963, que retomaba el de Jeroni Martorell y en el que se sustituían los elementos góticos auténticos que se debían incorporar por piezas de imitación. En 1965, Ramon M. Aragó firmaba el tercer proyecto de reforma, que en este caso se limitaba a revalorizar la parte que se conservaba de la obra original, mientras se construía una fachada neogótica.

El mismo 1965 comenzaron las obras, con el derribo de tabiques y suelos superpuestos, pero también se eliminó el suelo de la planta noble, que tenía un grosor de más de 60cm, y el entablado original del techo, del cual se conservaron dos pequeños fragmentos, hoy depositados en el Museo. Pero las obras se detuvieron cerca de diez años, un período en el que el edificio quedó desmantelado y sin tejado. Finalmente las obras se reanudaron y se terminaron, manteniendo los arcos interiores como únicos elementos originales conservados, con una fachada con una gran mezcla de estilos. La llegada de las primeras autoridades democráticas paralizó el proyecto.

El nuevo consistorio propuso un convenio a la Consejería de Cultura en virtud del cual la Generalitat asumía la reconstrucción, decoración y equipamiento del edificio con la condición de convertirlo en sede del Archivo Histórico Comarcal. El nuevo proyecto, del barcelonés Josep Zaforca, supuso el derribo de buena parte de la obra hecha, restaurando los arcos existentes y reconstruyendo los que se habían derribado, con la solución externa de una fachada acristalada y aséptica. El edificio se inauguró en 1986 como Archivo Histórico Comarcal y Municipal.

A partir de 1993, los problemas de espacio obligaron a trasladar parte de la documentación a la antigua escuela Rubió y Ors, junto con los fondos del Archivo Administrativo municipal. En 2004, sin embargo, ambos espacios estaban nuevamente colapsados, y se volvieron a iniciar conversaciones con la Generalitat para construir un nuevo edificio con capacidad suficiente para acoger todos los fondos. El nuevo edificio, ubicado en la c/ de Sant Antoni M. Claret, se inauguró en 2010, nuevamente como espacio común compartido por el Archivo Municipal y el Archivo Comarcal del Baix Camp.

A partir de este momento, el Castillo del Cambrer ha permanecido en desuso, salvo algunas habilitaciones puntuales para dar apoyo a festivales y celebraciones ciudadanas como la Fiesta Mayor o el Festival de Circo Trapezi.

En 2005, el Castillo del Cambrer fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional, con la aprobación definitiva del Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico Histórico-artístico y Natural de Reus.

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