El pasado lunes 13 de marzo, la policía de San Luís Potosí (México) hicieron públicos los detalles espeluznantes de la investigación que están llevando a cabo en un restaurante de comida rápida -una taquería- y un establecimiento veterinario de la ciudad.
HALLAZGO ACCIDENTAL
El hallazgo se produjo por un hecho accidental. Los policías llegaron a la zona por una amenaza de bomba, que resultó una falsa alarma.
Cuando los vecinos detectaron la presencia de las fuerzas del orden, se dirigieron a ellas para denunciar el hedor que emanaba de una clínica veterinaria del barrio.
Al terminar de hablar con los vecinos, los agentes avisaron a los propietarios del local para hacer una inspección. Nada más abrir, los agentes ya se dieron cuenta del hedor inconfundible de la carne corrupta.
Pero su sorpresa fue mayúscula al comprobar que el local estaba infestado de gusanos que se alimentaban de los restos descuartizados de gatos y perros.
CONEXIÓN INQUIETANTE
La policía ha informado de que, tirando del hilo de la investigación, averiguaron que sacrificaban y descuartizaban a los desafortunados animales para vender la carne a una taquería del vecindario. La fiscalía prosigue con las investigaciones y se espera que se tomen medidas cautelares tanto por el centro veterinario -que no tenía licencia- como por la particular taquería.