Reclaman prohibir el movimiento de olivos que no provengan de viveros

28 de septiembre de 2017 a las 17:15h
Varios grupos ecologistas han reclamado, tanto al Gobierno como a la Generalitat Valenciana, la prohibición del movimiento de olivos adultos para evitar la llegada de la plaga de la 'Xylella fastidiosa', una bacteria que amenaza con arrasar este cultivo y que ya ha sido detectada en el sur del País Valenciano. El GEPEC, Salvem lo Montsià y Ecologistas del Sénia consideran que esta medida resulta especialmente importante en una zona como las Terres de l'Ebre, ante la insuficiencia de las actuaciones adoptadas hasta el momento y la existencia de un "tráfico muy activo" de ejemplares adultos que podría acabar ayudando a propagar la enfermedad. En este sentido, proponen la prohibición del movimiento de material vegetal de las especies hospedantes de la Xylella que no provengan de viveros autorizados sometidos a controles oficiales, así como el movimiento de individuos adultos de estas especies no producidos en estas instalaciones. También plantean controles "exhaustivos" para verificar si las especies hospedantes disponen del correspondiente Pasaporte Fitosanitario, "necesario en el caso del olivo".
Según los ecologistas, los olivos adultos destinados a la comercialización a los que hacen referencia son obtenidos de campos agrícolas y transportados, "sin ninguna garantía fitosanitaria", por todo el país y Europa. Adicionalmente, "a menudo también llegan a nuestra casa olivos arrancados fuera de Cataluña, especialmente en zonas del sur de la Península". Unos movimientos, aseguran, que pueden favorecer la "rápida propagación" de la Xylella por todos estos territorios. Por ello, creen imperativo que "es necesario adelantarse" a su presencia, momento a partir del cual las prohibiciones pueden ser impuestas por la Unión Europea "de forma rápida y no planificada". "En aquel momento ya no será posible garantizar que las medidas la puedan erradicar de nuestra casa", subrayan. Así, recuerdan que en el caso del sur de Italia, donde se han tenido que arrancar dos millones de olivos para crear franjas de protección de 100 metros alrededor de los árboles afectados, no se ha podido acabar de controlar la plaga, que acabó saltando a las Baleares y, posteriormente, a Alicante. Tampoco ven que las actuales medidas para evitar la propagación, como la restricción de movimientos de especies vegetales cultivadas al menos parte de su vida en una zona demarcada o la prohibición de plantar plantas hospedantes en las zonas infectadas, puedan acabar siendo efectivas. "La llegada de esta bacteria a nuestra casa podría tener unas consecuencias, tanto económicas como ambientales, incalculables. En las zonas del Baix Ebre o el Montsià, donde el sector agrario se basa en gran medida en el cultivo del olivo, comportaría graves consecuencias de difícil predicción", subrayan.
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