Josep Maria Prats, concejal de Units per Avançar en el Ayuntamiento de Tarragona, ha confirmado este jueves, por la mañana, su dimisión como cuarto teniente de alcalde y consejero de cultura del gobierno municipal –formado también por el PSC y el PP–, debido a la situación de represión policial que se sufrió el domingo durante el 1-O, no sólo en Tarragona sino en toda Cataluña. «Yo me desvinculo del pacto, pero seguiré como concejal y seré leal a los compromisos de 2016 porque eran de ciudad», ha afirmado Prats en rueda de prensa, apelando a que no puede mantener un pacto de gobierno con un representante que es incapaz de condenar la violencia. El concejal ha insistido en que sigue compartiendo la filosofía del acuerdo firmado en febrero de 2016 y se mantiene leal al compromiso para garantizar la estabilidad y la viabilidad de los proyectos de ciudad, como consejero de Units per Avançar.
Prats se ha mostrado triste y desconcertado ante una actuación policial «lamentable» y «reprobable», donde el silencio radica en una ciudad que está «resquebrajada». Con una posición católica, como él se ha pronunciado, afirma que el peor pecado es el de omisión y que no tiene ninguna justificación. «La situación actual exige valentía, coherencia y compromiso». «Yo me dedico a la política para hacer un servicio a mi ciudad y lo hago desde la voluntad de servir», ha añadido.
Asimismo, ha defendido que no ha hecho ningún "chantaje" al gobierno, tal como ha considerado C's, y ha admitido que tanto los socialistas como los populares, que ahora pierden la mayoría en el consistorio, han respetado su decisión. Agradece, también, al alcalde que le haya dado libertad de decisión.