La Garrotxa cuenta con un paraje natural único en Cataluña. Un polo de atracción turístico en el que Olot ha querido profundizar con la apertura del Espai Cràter a principios de año. Aun así, este valor paisajístico es a la vez un impedimento para desarrollar la movilidad en el territorio, a menudo destructiva con el entorno. El alcalde de Olot, Pep Berga, habla en esta entrevista para La Ciutat sobre qué rumbo debe emprender la movilidad de la Garrotxa y el estado de ámbitos tan relevantes para la ciudad como la cultura o la recogida de residuos.
La pandemia ha ralentizado proyectos en todo el país. De todos modos, el Espai Cràter ha salido adelante y se ha podido abrir. ¿Qué valoración hace del estreno?
Los proyectos se han retrasado, pero no hemos perdido ninguno por el camino. Nuestros compromisos tenían que ver sobre todo con el Espai Cràter, que es un equipamiento con el objetivo de difundir el paisaje. El otro proyecto era el de la piscina municipal cubierta, que no se ha podido completar, pero ya estamos en una fase de proyecto y la obra podrá empezar a final de año.
En el caso del Espai Cràter, la obra se ha hecho toda en este mandato. La entrada de máquinas coincidió con el comienzo de la pandemia y ha afectado. La valoración después de la apertura en marzo es buenísima, con una media de nota de un 8,6 y un equipamiento que la gente recomienda. El equipamiento acerca a Olot a la gente que venía a la comarca a descubrir los volcanes, pero no entraba en la ciudad porque no había ningún equipamiento lo suficientemente atractivo.
La cultura también ha sufrido con la covid, pero parece que en Olot ha resistido. ¿En qué estado se encuentra la reactivación cultural?
Nos ha sido más fácil recuperarnos porque Olot antes ya era una ciudad que siempre se ha intentado explicar a través de la cultura. Cuando nos imaginamos cómo proyectarnos hacia fuera, lo hacemos a partir de tres ideas: el paisaje, la gastronomía y la cultura. Destinamos una gran parte del presupuesto a cultura. Tenemos festivales de referencia nacional. Una cosa es la programación cultural dirigida a la gente de la comarca (teatro, exposiciones, música, danza...), pero también tenemos lo que llaman faros. Serían eventos que te ponen en el mapa cultural del país, como el caso del MOT, el Sismògraf o el Lluèrnia.
Las Festes del Tura es también un evento importante y atractivo. Hay mucha gente que viene expresamente para las fiestas. El primer año de pandemia las tuvimos que anular, el segundo fue con restricciones y este año esperamos tener unas fiestas normalizadas. Además, nos inventamos una cosa divertida. Para dar actividades a los artistas de la comarca nos inventamos un programa que se llamaba "Encuentros en la segunda fase" y los contratamos a todos.
La variante de Olot finalmente saldrá adelante con un solo carril por sentido (1+1). ¿Qué valoración hace de este inicio de licitación?
No me atrevería a hacer una valoración buena porque ya debería estar hecha hace años. Lo que se construyó es una carretera con unos túneles importantísimos para la comarca, pero ya han pasado quince años. No se hizo una carretera que actuara como tal. Valoro que en este momento estamos en el tramo final, ya no hay discusión sobre el trazado de la carretera. Cuando esto no se discute, lo tenemos más fácil para que Territorio encargue el proyecto constructivo, el último paso antes de adjudicar la obra. Sabemos que es una obra cara y que debe ser respetuosa con el medio ambiente, al mismo tiempo que debe dar sentido a la movilidad que necesitamos. La mejor solución era una vía desdoblada, que la hacía más segura y fluida. Finalmente, los informes del Parc Natural y Acció Climàtica han optado por el 1+1 y no puedo hacer nada más que aceptarlo. Lo más importante es que empiecen.
Es una obra capital, pero algunos movimientos climáticos aseguraban que se cargaba el territorio. ¿Cómo ha sido la comunicación con ellos para buscar que fuera cuidadoso con el medio ambiente?
Que sea cuidadoso con el territorio no cambia por el hecho de que sean dos carriles (1+1) o cuatro (2+2). Estamos hablando de pasar de 23 metros de ancho a 25, no de una gran diferencia. Son posicionamientos más ideológicos que reales. La tendencia en este momento con ciudades como la nuestra son carreteras desdobladas. Es un error estratégico de diseño. Pienso que la mitigación del cambio climático debe venir con la sustitución de los combustibles fósiles por vehículos híbridos y eléctricos. Este debe ser el gran cambio. Además, la mayoría de accidentes mortales se producen por choque frontal al distraerse y con una carretera desdoblada se reducen.
Para este cambio de paradigma de movilidad también es importante el transporte público. ¿El proyecto del Tren-tram hasta Girona es viable a corto o medio plazo?
Sinceramente, no lo sé. Ha salido la licitación de dos estudios que han encargado el departamento de territorio, uno para hacer este Tren-tram y uno para el ferrocarril en el Pirineo. Una vez conozcamos los resultados, sabremos de qué hablamos. Más allá de lo que pueda suponer una inversión como esta, la rentabilidad debe quedar compensada. Volvemos a hablar de un gran impacto ambiental. O pasa por debajo tierra o imagínate lo que supondría un trayecto de 80-90 km por el impacto ambiental que tanto ha preocupado a estos movimientos con la variante. A corto plazo no lo veo fácil, pero ojalá las tecnologías cambien para encontrar formas de movilidad más sostenibles.
Dentro del municipio cuentan con proyectos como el Bicibus. ¿Ha tenido éxito?
Lo ha tenido y lo tendrá cada vez más. Hicimos un proceso para ver cómo promover el uso de la bicicleta en la ciudad con todos los agentes implicados. La obligación por parte del estado de no circular a más de 30 km/h ha contribuido a hacer más fácil la transición hacia la bicicleta. Esto hace que no sea tan necesario hacer carriles bici en las vías secundarias, que a veces tienen un precio importante en pérdida de plazas de aparcamiento o de seguridad. Otra cosa es el cambio cultural para que las personas olviden el coche, que será lento y tendremos que contribuir desde las instituciones. No nos pensemos que por poner carril bici la gente irá en bicicleta. Si lo incentivamos desde la escuela, tendremos unos ciudadanos predispuestos a utilizarla.
La transición energética es otro tema capital en el que muchos municipios se han centrado este mandato. ¿Cómo lo habéis incentivado?
Ha habido un empuje importante a la hora de recibir proyectos. Lo que ha sido determinante es el encarecimiento de la energía. Empezamos a encontrarnos con que muchas empresas y particulares toman la decisión de hacer una inversión para tener placas. Por eso, creamos un programa que se llama Garrotxa Domus, que ha avanzado de una manera decisiva y ha sido replicado en otras comarcas. Es un servicio de ventanilla única para orientar a cualquier ciudadano con asesoramiento técnico, administrativo y económico.
En mayo se declaró desierta la licitación del contrato de recogida de residuos. ¿Qué modelo queréis aplicar y cómo se encuentra la nueva licitación?
Uno de los grandes problemas de los municipios del mundo es la gestión de los residuos. Otra cosa clara es que no hemos sido capaces de encontrar un modelo definitivo para todos. Estamos en una comarca donde el modelo siempre se ha decidido en consejo de alcaldías y los 21 municipios hemos apostado por un mismo modelo. Estamos haciendo la transición. En algunos pueblos se introducen las tarjetas para abrir contenedores en unas horas determinadas. Esto esperamos que mejore la gestión de los residuos en Olot y en la Garrotxa.
La concesión que teníamos se agotó; sacamos un nuevo concurso, en el que fuimos muy exigentes, y ninguna de las empresas que se presentaron cumplían con lo que esperábamos. Cuando lo tengamos a punto, volveremos a sacar un concurso con más dinero y esperamos tener un buen servicio para los próximos 10 años.
¿Qué queda pendiente para el último año de mandato?
No queda ningún gran proyecto, salvo empezar las obras de la piscina cubierta. Quedan otros que quizás no tienen tanta fama, pero son importantes. La pandemia nos ha hecho descubrir la necesidad de tener una mejor oficina de atención al ciudadano. Hemos adquirido un local al lado del Ayuntamiento para trasladarlo. Además, tenemos muchas mejoras en plazas o fuentes ornamentales de la ciudad. Estamos a punto también de iniciar las obras de una oficina de trabajo y hemos pedido fondos Next Generation para una nueva fase de la residencia del antiguo Hospital Sant Jaume. Por otro lado, tenemos una promoción de vivienda muy importante con unos terrenos de un polígono de la zona del centro, donde haremos 87 viviendas. En definitiva, tenemos muchos proyectos. Algunos los veremos terminados este mandato y otros como la variante o la piscina será en el siguiente.