Las noticias que llegan sobre los presupuestos y las inversiones del Estado en la demarcación de Tarragona no son nada buenas. No será el primer año que sucede y esto pone de manifiesto que seguimos siendo un territorio menospreciado.
Queremos centrar nuestro análisis en el tema de las inversiones y, más concretamente, en las inversiones en el Corredor del Mediterráneo: una infraestructura clave para el devenir de los territorios de la demarcación de Tarragona.
El Corredor del Mediterráneo es una infraestructura estratégica no sólo para nuestra demarcación, sino también para toda la costa mediterránea de la península, la más habitada y donde se produce más PIB de todo el Estado.
En el caso de la demarcación de Tarragona, el Corredor nos permitiría mejorar y aumentar la conectividad de nuestro territorio con los puertos y polos industriales más importantes del sur de Europa, es por ello que para la Unión Europea, para Bruselas, es un corredor estratégico y prioritario. Para Madrid y para el Estado español parece que no lo ha sido y no lo sigue siendo y precisamente por este motivo los presupuestos y las inversiones al respecto hablan por sí solos.
Desde el Partido Demócrata (PDeCAT), queremos denunciar una vez más esta situación de injusticia territorial y todas las externalidades negativas que provoca. ¿Cuántas empresas han renunciado a establecerse en el Puerto de Tarragona porque no tenemos este Corredor? Muchas, y hasta que no lo tengamos operativo, el Puerto de Tarragona y el conjunto de la demarcación será menos atractiva para las inversiones que seguirán marchándose hacia puertos mejor conectados como Koper (Eslovenia), Rjieka (Croacia) o el Pireo (Grecia).
Pero no invertir en el Corredor no sólo perjudica a la industria, también es un déficit para las maltrechas líneas de trenes regionales que tantos agravios causan a nuestros usuarios del territorio. La conectividad de la red de ferrocarril de las Terres de l'Ebre, hacia el norte (Tarragona y Barcelona) y hacia el sur (Castellón y Valencia), deja mucho que desear; la conectividad del Camp de Tarragona hacia Barcelona sigue siendo la misma que en los últimos 30 años —no hemos evolucionado—, y el servicio de Cercanías que afecta al Penedès está colapsado porque sin una mejora del Corredor se crea un cuello de botella con los servicios que se dirigen hacia Barcelona.
Desde el PDeCAT queremos dejar bien claro que para nosotros las soluciones en términos de movilidad para los usuarios del territorio pasan porque, de una vez por todas, Madrid acceda a hacer caso a Europa, y ponga todas las inversiones necesarias para llevar adelante y terminar el proyecto del Corredor del Mediterráneo. Sin Corredor no avanzamos, y lo que es peor, menospreciamos el territorio y su gente y ya hace tiempo que dura esta situación, quizás demasiado.
Jaume Casañas
Josep Maria Cruset
Mònica Sales
