Pau Ricomà, candidato a la alcaldía por Esquerra Republicana de Catalunya en el Ayuntamiento de Tarragona: "Estamos en muy buena situación para ser la fuerza más votada"

21 de mayo de 2019 a las 06:50h

¿Se ve preparado para alcanzar la alcaldía? Absolutamente. Y también muy comprometido. Conozco muy bien Tarragona, su tejido asociativo, sus recursos productivos, la relevancia de su historia, toda mi vida se liga a la ciudad de Tarragona. Por formación, también he observado con sentido crítico la realidad de otras ciudades y estoy convencido de que Tarragona y su gente son mucho mejores que el futuro gris y aburrido que nos ofrece el actual Ayuntamiento.

¿En qué se han basado para confeccionar la lista? Es la lista que siempre había soñado hacer y gracias a la generosidad de los que han querido participar ha sido mucho más fácil de lo que pensaba. La lista está formada por personas con conocimiento y experiencia en diferentes ámbitos, desde la participación ciudadana, la educación, la salud, el comercio o la industria. En definitiva, es una lista que representa perfectamente cómo es la ciudad en toda su diversidad y que tiene una clara vocación de ganar y gobernar. ¿Cree que es suficientemente fuerte como para poder gobernar la ciudad? Sin duda. Ya en la oposición hemos demostrado ser el grupo más potente del consistorio. Con los instrumentos de gobierno en nuestras manos estoy seguro de que de la mano de los vecinos haremos el gran cambio que Tarragona necesita. ¿Cuáles son los pilares básicos del programa electoral de su partido? Estamos en una ciudad que necesita un cambio de manera clarísima, una ciudad que da la espalda a los ciudadanos y nosotros lo que haremos es poner la ciudad en manos de los ciudadanos. Gobernaremos con valores, como la honestidad, la transparencia y la participación, tener una administración sólida y ágil, propia del siglo XXI, y poner el trabajo en el eje de nuestras políticas, porque queremos una ciudad que genere oportunidades para su gente, serán los pilares básicos. También hacer una ciudad para las personas, no para los especuladores, priorizando el urbanismo social, basado en la regeneración, la recuperación y la rehabilitación, haciendo del Francolí el gran eje de cohesión entre Ponent, Norte y Centro y preservando los espacios con más valor natural y paisajístico. Queremos extender la Anella Verda y nos oponemos a planes urbanísticos desproporcionados como el de La Budellera. Estamos convencidos de que la cultura debe ser un eje de transformación de la ciudad, y que el futuro de Tarragona pasa por ser capaces de unir fuerzas con el resto de municipios y crear el Área Metropolitana de Tarragona. ¿Y las líneas rojas? La única línea roja es continuar con la inoperancia de las últimas décadas. No queremos gobernar como lo hace Ballesteros, queremos hacer un cambio de verdad. Ha mencionado en más de una ocasión que Tarragona es una ciudad a medio hacer. ¿A qué se refiere? Me refiero al hecho de que Tarragona es una ciudad en la que los poderes públicos se han apoyado con determinadas élites locales de poca empuje, poco músculo y ningún compromiso cívico. En cambio, se ha marginado a los sectores más dinámicos, preparados y desacomplejados de la ciudad. El resultado es una ciudad sin horizonte, descohesionada, sin autoestima ni proyectos colectivos, desconectada de los cambios que otras ciudades han sabido incorporar. Es obvio que una ciudad con las potencialidades de Tarragona pide a gritos un cambio para prosperar. Queremos una Tarragona abierta, inclusiva y del siglo XXI. Dentro de su proyecto de ciudad y de territorio destaca la creación de distritos para un gobierno más cercano a la ciudadanía. Lo que tenemos que hacer es que Tarragona se empodere. Las relaciones clientelares que el Ayuntamiento ha creado han hecho mucho daño a esta ciudad. Necesitamos estructuras de participación estables. Que sienten en una misma mesa entidades vecinales, centros educativos, servicios sociales, centros de atención primaria, y todos los grupos municipales a la vez. Tenemos que hacer que los vecinos sean los verdaderos dueños de la ciudad e intervengan activamente en su mejora. Todo en un marco de la máxima transparencia. Nosotros haríamos cinco grandes distritos: Ponent, Norte, Llevant, Centro Histórico y Eixample. Desde ERC apuestan por promover el autoconsumo con energía fotovoltaica. Tenemos que tomarnos muy en serio la lucha contra el cambio climático. Tarragona es una ciudad que está especialmente expuesta por el calentamiento y el crecimiento del nivel del mar. Proponemos bonificaciones fiscales para el autoconsumo. Esta es una de las recomendaciones del grupo de trabajo de Administraciones Locales de la Mesa de impulso al autoconsumo fotovoltaico, promovida por el Departamento de Energía. Tenemos que aplicar un conjunto muy variado de medidas, entre las cuales la mejora de la eficiencia energética es muy importante. Y está claro, tenemos que renunciar al crecimiento de la ciudad en extensión, depredador de zonas naturales, para hacer habitable la ciudad ya construida. También han mostrado su desacuerdo por el proyecto comercial de Ten Brike. La política comercial de Tarragona es un desastre. Está absolutamente desequilibrada a favor de las grandes zonas comerciales. El resultado es que estamos perdiendo los comercios de proximidad y algunas calles que hasta hace poco eran comerciales, empiezan a tener un aspecto fantasmagórico. Es el resultado de la falta de rumbo y de criterio de los gobiernos de Ballesteros. Tarragona se está convirtiendo en una ciudad "donut", con un enorme agujero en medio. Ninguna ciudad tiene futuro sin un centro potente y atractivo. Estoy absolutamente comprometido en trabajar para cambiar esta situación. A nivel general, ¿qué cree que pasará en estos comicios, teniendo en cuenta la diversidad de fuerzas políticas que hay hoy en día? Estamos en muy buena situación para ser la fuerza más votada y para liderar el gobierno de cambio que Tarragona necesita. ¿Cómo sería Tarragona gobernada por Pau Ricomà? Pues claramente sería una ciudad con objetivos ambiciosos de mejora de la calidad de vida, de la cohesión social y de la igualdad de oportunidades. Sería una ciudad completamente diferente de la de ahora. Ambición puesta en favor de la convivencia y de un futuro digno para la gente. Una ciudad donde todo el mundo cuente, quien lleva seis generaciones y quien lleva seis semanas. Una ambición que no se traducirá en proyectos megalómanos, ni con delirios de grandeza, sino en aprovechar las potencialidades que tiene Tarragona –y tiene muchas- para la mejora del bienestar colectivo. Sería una ciudad limpia, donde la cultura se convertiría en un eje básico de transformación, que haría una apuesta clarísima por el trabajo, por la economía local y también para generar nuevas empresas a partir del sector químico. Y sobre todo una ciudad que miraría hacia el futuro. Llegado el momento, ¿con qué partidos estaríais dispuestos a pactar? ¿Y con cuáles no? Para nosotros hay dos principios inalienables compartidos por el 80% de la ciudadanía catalana: Libertad y Democracia. La libertad se ha convertido en los últimos tiempos en un bien muy preciado. Tenemos presos y exiliados políticos. Tenemos que acabar con esta anomalía democrática. Y la democracia es trabajar para que el pueblo pueda expresar libremente sus preferencias políticas y para hacer uso del derecho de autodeterminación. Queremos gobernar con los partidos que participen de estos grandes principios.