OPINIÓN - "Jornada técnica del toro embolado, en defensa de la modalidad"

03 de mayo de 2018 a las 11:44h

Hace un par de semanas se publicó una información en varios medios de comunicación en la que se informaba de que la Agrupación de Peñas y Comisiones Taurinas de las Tierras del Ebro había organizado en Amposta una "jornada técnica del toro embolado, en defensa de la modalidad", protagonizada por diferentes profesionales del sector, entre veterinarios y profesores universitarios, y con presentación de estudios sobre la materia. Las conclusiones, según los organizadores, fueron importantes para la defensa de la tradición del toro embolado y afirman que "la modalidad del toro embolado no es un maltrato al animal". La frase es literal de lo que se manifestaba en el diario. El presidente de la Agrupación de Peñas remarcaba la profesionalidad de los estudios y la lucha por demostrar que los "tópicos extendidos por los animalistas no son reales". Ante estas afirmaciones, surgió nuestro interés por saber quiénes eran los científicos, según consta en el cartel, que habían sacado estas conclusiones y a la vez conocer su imparcialidad respecto al tema, cosa que añadiría veracidad y rigor a sus presentaciones en estas jornadas científicas, al tratarse de afirmaciones muy serias referentes a la capacidad de sufrimiento de unos de los seres que habitan, junto a los humanos, en este planeta. Esta jornada fue presentada por Santi Albiol, presidente de la Agrupación de Peñas y Comisiones Taurinas de las Tierras del Ebro. Las cinco ponencias trataban los siguientes temas: características del toro embolado; normativa 25/03/2010 del toro embolado, propuesta de mejora; hallazgos oculares en los toros embolados de la Comunidad Valenciana; estudio de la transferencia de calor de los elementos de embolar a la superficie corporal del toro; uso exclusivo de la cámara termográfica como ayuda en los reconocimientos veterinarios oficiales. Y estos fueron los ponentes de la jornada: Daniel Machancoses, veterinario de la Ganadería Machancoses de la Comunidad Valenciana. Jordi Vendrell Cedó, veterinario de las Tierras del Ebro según consta en el cartel, conferenciante en jornadas de potenciación de las fiestas con toros y defensor, en la ponencia que se presentó en el proceso para definir las buenas prácticas de estas modalidades ante los órganos de la Generalitat, de introducir la excepción de nuestras tierras del cumplimiento de la ley que prohibía en Cataluña el maltrato animal. El mismo Vendrell se considera a sí mismo un gran aficionado a la tauromaquia y a los correbous de las Tierras del Ebro. En aquella ponencia también estuvieron las altas instancias políticas del Gobierno en las Tierras del Ebro y otras personas que actualmente son alcaldes de las ciudades y pueblos donde más fiestas taurinas se realizan, con presupuestos muy importantes, como la Aldea, San Carlos de la Rápita o Amposta. Paula Martínez, profesora en la primera facultad de veterinaria privada, en la Universidad Cardenal Herrera, de la Comunidad Valenciana. También ha sido ponente en múltiples jornadas y conferencias sobre el mismo tema y con el mismo sesgo. (Esta universidad tiene como doctores honoris causa, entre otros, al expresidente José María Aznar y Antonio Cañizares Llovera, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española). Los dos ponentes restantes fueron Javier Mazón, veterinario de la plaza de toros de Valencia, y José Luis Blasco, veterinario de la plaza de toros de Zaragoza. Una vez vistos los perfiles de los ponentes, ya se ve que se trata de personas sin ningún interés en la cuestión y con una mirada absolutamente objetiva. Y las conclusiones, como no podían ser de otra manera, fueron las siguientes: los toros para embolar deben tener más de tres años; la duración de la estancia en la plaza no debe superar los 14 o 15 minutos; las lesiones detectadas en los toros, poquísimas, están producidas por la propia idiosincrasia del animal y en ningún caso por la voluntariedad de los participantes; en la actualidad no se detectan lesiones oculares en los animales embolados; los herrajes son los que tocan según normativa; el calor no les afecta... Señoras y señores, estamos en el siglo XXI. ¡Ya basta! Cuando se cuestionó a nivel de país la modalidad y pervivencia de este tipo de fiesta, basada en la cosificación y el maltrato animal, esta mala práctica habría podido quedar prohibida, desaparecer, pero desde instancias políticas de las Tierras del Ebro se valoró y defendió la continuidad y se mantuvo así un tipo de "festividad" del todo anacrónica. No discutiremos ni siquiera si el animal sufre o no. Es tan evidente el terror al fuego de los animales que ya en la prehistoria se utilizaba para alejarlos de las agrupaciones humanas. Es tan evidente como empírico, por poca capacidad de observación y visión imparcial que se tenga sobre el tema. El simple hecho de sacar un animal de su medio natural le producirá miedo y ansiedad, y dará lugar a respuestas neurofisiológicas que han sido perfectamente estudiadas. Pero en esta jornada tan científica, tan objetiva y desinteresada, lo que se quería decir es que ha sido científicamente demostrado que el animal no sufre. ¿Se quieren ejemplos científicos de aberraciones a lo largo de la historia, de cuando la ideología y el interés guían el planteamiento, el método, los resultados, las conclusiones y la interpretación de los estudios dichos científicos? Como cuando las mujeres eran consideradas inferiores a los hombres, entre otras cosas, porque su cerebro pesaba menos; los recién nacidos no sentían dolor cuando se realizaban actuaciones dolorosas sobre ellos porque no tenían desarrollado el sistema neurológico; las personas de piel negra se podían vender por unidades ya que no tenían conciencia de pertenencia a un grupo familiar…? Podemos seguir poniendo ejemplos "científicos" absolutamente fuera de toda ciencia en la actualidad que en su momento sirvieron para perpetrar actos execrables con pretensa cientificidad. También tenemos algo que decir respecto a los políticos que gestionan la cosa pública, concretamente en las Tierras del Ebro. ¿Qué les pasa a los políticos de estas tierras que son incapaces de afrontar de una manera clara y ética lo que significa que las Tierras del Ebro sean la reserva espiritual y —según algunas voces— cultural de una fiesta basada en la humillación y el maltrato animal? ¿Cómo pueden mantener y fomentar la idea de que es un rasgo cultural característico a conservar de una tierra la cosificación de cualquier animal y la diversión basada en maltratarlo y vejarlo? ¿Qué valores están potenciando en la infancia y la juventud que ven disfrutar a sus adultos de referencia (padres, abuelos, amigos...) de estos espectáculos? ¿Han leído las recomendaciones de los profesionales de pedagogía y psicología en este sentido? Podríamos decir que estos alcaldes, concejales y miembros de los consistorios de las Tierras del Ebro son gente que no conoce la historia? Que no han oído hablar de aquella famosa frase "pan y toros" que, parafraseando la expresión latina de Juvenal (poeta romano, s.I-II) panem et circenses (pan y circo) describe la fiesta de los toros como "una diversión que alaga las bajas pasiones del pueblo llano, amortigua los conflictos sociales y le mantiene en una situación de atraso"? Y más aún, según un panfleto anónimo del siglo XIX, atribuido a León de Arroyal, poeta ilustrado:"Haya pan y haya toros, y más que no haya otra cosa. Gobierno ilustrado: pan y toros pide el pueblo. Pan y toros es la comidilla de España. Pan y toros debes proporcionarles para hacer en lo demás cuanto se te antoje in secula seculorum. Amén". Según Teodoro Abbad, jefe de la Unidad Técnica de la Fiscalía Coordinadora de Medio Ambiente y Urbanismo: "la tradición se sostiene en el carácter identitario de un grupo social, que se defiende como elemento clave de su propia idiosincrasia y constituye un acto de reivindicación en el que, además, la conducta de cada individuo puede quedar alterada o desinhibida sin incurrir por ello en ningún perjuicio. Es decir, es el mismo grupo social el que decidirá si acepta la tradición o la rechaza, y en el primer caso si la mantiene intocable a lo largo del tiempo o si introduce variaciones, por lo que argumentar el peso y el significado de la tradición para la utilización de animales no resulta suficiente si no intervienen otros elementos que parecen desplazados justo al esgrimir el concepto de la tradición". Como los elementos que mencionábamos en los párrafos anteriores. Y sigue Abbad: "Esto explica, en otro orden de materias, que el tradicional trato discriminatorio hacia la mujer se haya podido reconducir hacia actitudes impensables hace un siglo, de la misma manera que se abolió el racismo, al menos sobre el papel y a pesar de haber sido suficiente para aniquilar poblaciones humanas indígenas en Estados Unidos y Australia, entre otros lugares. En la presentación de la 'tradición' como palabra mágica o salvoconducto hacia la permisividad sin paliativos no se resuelve si se aproxima la ética de la actitud que debe presidir el trato hacia los animales". Y como decía el añorado (y científico) Jorge Wagensberg: "La tradición no es nunca suficiente por sí sola, para justificar absolutamente nada".

Plataforma Alternativa a la fiesta taurina Tierras del Ebro

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