Montserrat Sendra: "RENFE: un riesgo para los estudiantes universitarios del Baix Penedès"

26 de febrero de 2019 a las 10:45h

Últimamente, los trenes han sido noticia por los dos accidentes mortales que han tenido lugar en menos de medio año de diferencia. A menudo también oímos hablar de ellos por los retrasos diarios de los convoyes o por el incumplimiento en las inversiones estatales ("lluvia de millones", ¿se acuerdan?).

El mes pasado conocimos, sin embargo, una noticia que pasó desapercibida y que debería preocuparnos muchísimo: las deficiencias del transporte público causan un 10 % de los abandonos universitarios de la Universitat Rovira i Virgili. Según el estudio realizado por la misma institución, los malos horarios, las conexiones ineficientes y las pocas frecuencias del transporte público provocan la fatiga de los estudiantes tarraconenses y acaban siendo un motivo (seguramente sumado a otras causas) de abandono de los estudios.

¿Y qué ocurre en el Baix Penedès? A falta de datos más precisos, podemos hacer la hipótesis de que los universitarios del Baix Penedès pueden decantarse, principalmente, por 3 áreas universitarias (siguiendo los criterios de proximidad): el área de Tarragona (con los diferentes campus de la Universitat Rovira i Virgili en Tarragona, Reus, Tortosa, Vila-seca y Coma-ruga), el área de Barcelona (donde se concentran la Universitat de Barcelona, la Universitat Politècnica y la Universitat Pompeu Fabra), o Bellaterra (donde se encuentra la Universitat Autònoma de Barcelona). También pueden ir a universidades privadas o concertadas, o también estudiar en línea (UOC), pero estos casos concentran seguramente menos alumnos en comparación con las universidades públicas.

Así pues, un estudiante que coja un tren desde El Vendrell en dirección a estas tres grandes áreas, tardará un mínimo de:

- Entre 40 minutos y 1 hora 31 minutos para llegar a Tarragona

- 1 hora 28 minutos para llegar a Plaza de Cataluña (Barcelona)

- 1 hora 16 minutos para llegar a Bellaterra (haciendo transbordo en Martorell)

A estos trayectos, hay que sumarle el posterior desplazamiento desde la estación de tren hasta la facultad, que puede estar a dos calles (en los casos de las facultades de Filología, Matemáticas e Historia de la UB, en el centro de Barcelona) o pueden requerir coger otro medio de transporte (un bus hasta la facultad deseada, en la UAB; el metro hasta Mundet, de la UB; otro bus hasta Sescelades, en Tarragona; por ejemplo).

En los casos en que el tiempo de trayecto llega a la hora y media por viaje, ir y volver representa más de tres horas diarias. Y eso contando con que todos los medios funcionen correctamente, cosa que habitualmente no ocurre. Esta situación se agrava, aún más, para los estudiantes de otros pueblos de la comarca, que antes de iniciar estos trayectos deben desplazarse a El Vendrell, Sant Vicenç de Calders, L'Arboç, Calafell, Segur de Calafell o Cunit para coger el tren.

La alternativa es irse a vivir a la ciudad donde se estudia (Tarragona y alrededores, Barcelona, o Bellaterra), pero la situación inmobiliaria actual tampoco es fácil: un estudio de Fotocasa nos explica que la media del alquiler de una habitación en Barcelona es de 508 euros mensuales, y la media del alquiler de una habitación en Cataluña es de 472 euros mensuales. Si a esto le sumamos los gastos propios de la vivienda (luz, agua, gas, internet) y los gastos de manutención, es posible que sea prácticamente imposible vivir por debajo de los 800 euros mensuales de gasto. A esta cifra, hay que sumarle también la matrícula universitaria y los gastos propios de la carrera (libros, fotocopias, material escolar...). Una suma mensual que muchos estudiantes y muchas familias no pueden permitirse ni de lejos.

Otra alternativa es evitar el transporte público y coger el transporte privado: el coche. Esta opción, sin embargo, tampoco es barata: si sumamos peajes, gasolina y los costes de los parkings, la cifra diaria también puede ser muy elevada, además de la contaminación producida y de la imprevisibilidad del tráfico (colas en hora punta, accidentes...).

Hace unas semanas se presentó el Pacto del Penedès Marítimo para hacer un frente común contra los agravios históricos de movilidad de todo el Penedès. La iniciativa es buena y esperamos que obtenga resultados pronto, pero hay que ser conscientes de que el Baix Penedès, a diferencia del Alt Penedès y el Garraf, tiene aún peores condiciones de transporte. Conseguir un aumento de las frecuencias de paso, una reducción de los tiempos de trayecto, una bajada de tarifas y una conexión de los diferentes transportes de manera eficiente deberían ser una prioridad. Las mejoras, además, no sólo repercutirían en este grupo, sino que también beneficiarían a cualquier persona que necesite desplazarse para trabajar.

Atender las necesidades de movilidad del colectivo universitario debería ser una prioridad de la administración y de todos los sectores sociales que puedan estar implicados (sindicatos, AMPAs, agrupaciones empresariales). Los últimos datos disponibles del IDESCAT, nos indican que en el año 2011 había un total de 3.072 estudiantes universitarios en el Baix Penedès. Si bien estamos hablando de un porcentaje pequeño de población en comparación con toda la población de la comarca, se trata de un colectivo clave para el futuro de todos los pueblos que la integran: los jóvenes formados que el día de mañana deben liderar la transformación económica y social de todos los ámbitos productivos. Un colectivo que normalmente no tiene voz en los medios (miren, si no, la media de edad de los opinadores de la prensa), y un problema que (a diferencia de otros dramas sociales como los desahucios) no ocupa portadas ni sale en ningún sitio. Uno a uno, joven a joven, pueden ir abandonando los estudios y lo único que tendremos es un porcentaje de abandono al cabo de unos cursos; es realmente un fenómeno invisible para la sociedad. Las pequeñas depresiones personales, las ilusiones y trayectorias frustradas, se convierten en casos aislados y silenciosos que hacen que el problema parezca que no existe, pero sí, es real y debería solucionarse.

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