Nuestra histórica veguería hasta ahora tiene todos los ingredientes para estar en la nube sin que nos la podamos descargar para ir por casa. Tenemos un presidente que casualmente coincide con el actual alcalde de Vilafranca del Penedès que no es la ciudad más poblada, pero sí donde se ha vivido más este sentimiento de veguería porque en El Vendrell les cae un poco lejos y en Vilanova es algo que no les afecta porque tienen la capacidad de ser bastante independientes en todo este mundo político de la veguería.
Pues con un presidente que solo es honorífico porque no tiene ni presupuesto ni competencias para hacer nada. En El Vendrell que cuando hay elecciones nos hacemos los patriotas cedimos uno de nuestros espacios más autóctonos como la Vil·la Casals para que alcaldes de este amplio territorio se hicieran la foto oficial y también intercambiaran unas palabras sobre sus peticiones y sugerencias ante el MHP Quim Torra. Él se lo anotó en la libreta y adelante a por una nueva etapa. Esperamos que el contenido de esta libreta llegue a buen puerto y algún día la cosa empiece a funcionar porque ahora por ahora es una ficción total.
Hace años era normal que hubiera veguerías porque la gente para ir a Barcelona podía estar un día entero y otro para volver. Hoy en día si Renfe lo permite, que no es siempre, en un par y medio de horas puedes ir y volver de la ciudad Condal. Antes con el tiempo que ahora vas a Barcelona podías ir a la capital de comarca y volver a casa y poca cosa más. Es evidente que la gestión fuera más cercana que no ahora que con los medios de comunicación, si no se estropea, puedes ir y venir en un tiempo bastante razonable. Ahora no tiene sentido que haya tantas administraciones que se van repartiendo la función pública a trozos para que nadie se quede sin ningún trozo. No hablamos de la administración electrónica que no creo que tarde mucho y en un abrir y cerrar de ojos podrás presentar una instancia en Bruselas y en un abrir y cerrar de ojos tengas una respuesta en tu correo de entrada.
Actualmente la situación en este trozo de la Península Ibérica es bastante complicada, pedir una Veguería propia en términos reales es algo obsoleto. Muchos de nuestros vecinos son hijos de las cercanías de Barcelona y apenas conocen dónde está el Ayuntamiento y poca cosa más. Su agenda y espacio donde se mueven es mucho más amplio que una triste veguería que con media hora de coche la puedes cruzar si no encuentras ningún problema en la autopista.
Primero de todo para crear un espacio común se deben crear vínculos entre su territorio. Tú no puedes recuperar una división territorial que hace años que no se aplica y volverla a implantar de un día para otro si la zona donde lo quieres hacer no tiene concienciación real de este ámbito. Es como si a los jugadores de fútbol de repente les obligaras a jugar según la normativa del balonmano. La cosa no cuadra.
Detrás de este trabajo que es lento y no termina ni con una ni con dos legislaturas hay un trabajo de hormiguita muy consistente.
Primero de todo se deben empezar a tejer lazos culturales en todo el territorio desde una punta a otra, elaborando estrategias conjuntas donde la mayoría de municipios estén representados. Por ejemplo, elaborar una programación de teatro y música entre todos los municipios y que todos los centros estén en red. Esto que los ayuntamientos aún no hacen sí que lo hacemos muchos de nosotros que vamos a Vilanova, Vilafranca y El Vendrell indistintamente si la propuesta es interesante. Pues esto es un tema que se debería empezar a trabajar. De momento solo hemos hecho el Carnaval en tres municipios de la costa baixpenedesenca. Aún queda mucho por hacer.
Otro de los temas interesantes es el transporte. Hoy en día es muy triste que ni durante el invierno ni durante el verano haya un autobús nocturno que una estos municipios. Antes había uno que funcionaba de San Juan hasta la Diada de Septiembre. Pues el año pasado ni eso. Tenemos que empezar la veguería por abajo y no por arriba haciendo fotos bonitas de algo que solo existe en las películas políticas que nos quieren vender. Hay mucho trabajo que hacer y muchas veces no sale en ninguna fotografía, pero si este debe ser el camino pues adelante y sino seguiremos que cada pueblo vaya a la suya como hasta ahora se ha hecho y todos tan contentos.
Miquel Casellas