Si buscáis la solución definitiva a este problema, nosotros la tenemos a través de la Relación de Lugares de Trabajo (RLT) que lo arregla absolutamente todo. Primero hagamos un poco de historia de todo esto, por eso os vengo a decir que llegó aquel momento cuando los políticos no sabían cómo arreglar la situación insostenible en el campo de la gestión de personal que hacía años que se arrastraba y que nadie hasta el momento había querido meter mano de una manera seria y coherente. Entonces sólo tuvieron la brillante idea de prometer una Relación de Lugares de Trabajo (Rlt) a sus trabajadores. Evidentemente se tenía que hacer por una empresa de fuera porque seguro que saldría mejor que negociar alrededor de una mesa las dos partes: consistorio y trabajadores.
Se hizo un concurso y como pasa en muchas películas del oeste con final previsto sólo se presentó una candidatura para esta ingente tarea de poner orden y coherencia en el trabajo y las retribuciones de más de 500 trabajadores. El plazo era de medio año para llevar a cabo esta misión que afecta a muchas familias y personas. En un par de meses haremos el año y aún queda bastante por hacer.
Comenzaron las reuniones entre la empresa adjudicataria para esta delicada elaboración, los representantes legales de los trabajadores y los representantes elegidos por los políticos. Fruto de estos encuentros fueron la relación de lugares de trabajo puntuados según unos baremos muy estrictos con un mínimo margen de maniobra por parte de la empresa adjudicataria de este trabajo. Evidentemente no se podía mover ni una coma del manual que fue entregado el primer día de los encuentros a los protagonistas de esta relevante acometida.
Se terminaron las reuniones. Se acabó el verano. Cayeron las hojas de los árboles. Vino el nuevo año y a estas alturas a un no hacer nada de acabar la legislatura nos encontramos con que la cosa aún se está cociendo a fuego lento. Nadie sabe nada. Todo el mundo calla. Había una partida en el presupuesto del año pasado dedicado a compensar las modificaciones laborales provocadas por el resultado de este trabajo, pero a estas alturas ves a saber a qué se ha dedicado.
Para evitar que haya penas y tristezas entre los trabajadores desde buen comienzo se garantizó que ningún profesional de la administración cobraría menos de lo que actualmente percibe de salario. A partir de aquí todo es optimismo y alegría esperando que algún día se abra la caja y todos podamos saber a cuánto equivale las puntuaciones que dimos el pasado mes de julio durante 6 mañanas maratonianas de reuniones intensas.
El resultado de este trabajo es una pieza clave en un engranaje para que todo funcione, pero evidentemente se tiene que hacer con el máximo de transparencia e igualdad para que el máximo número de personas puedan salir satisfechas de todo esto.
Durante muchos años se han poniendo parches aquí y allá para ir encarando la ampliación de personal que el crecimiento de la ciudad y las nuevas tecnologías comportaba, pero llega un punto que se tienen que coger todos los elementos que hay y poner orden e intentar encajar los que vengan después para que todo el mundo tenga bastante claro el lugar que le toca, con sus tareas y su salario. Este es el principio básico donde se tiene que edificar esta obra.
El problema de todo esto es que la legislatura ya ha entrado en su recta final y muy pronto hay elecciones que ya están esperando en la esquina. Los actuales responsables políticos intentarán pasar de puntillas haciendo el mínimo ruido posible en los meses que tienen por delante porque aunque se apruebe la actual Rlt, la gracia de todo esto es su aplicación. Este es un objetivo que perfectamente te puede tardar otra legislatura.
Tal como está el patio sólo nos queda esperar después de las elecciones y otros seis meses para que los nuevos responsables se pongan las pilas y controlen un poco la nueva situación real y no todo aquello que les dijeron de fuera. También está la posibilidad de volver a empezar otra vez desde cero malgastando tiempo y dinero públicos gastados porque partes de este documento están viciados y no gozan de la confianza de una de las partes que interviene en el procedimiento, por eso antes de que la pared quede torcida vale más empezar a hacer los cimientos rectos. Hasta ahora los políticos cuando entraban en un consistorio hacían y deshacían a su voluntad. Había gente con grandes sueldos haciendo de conserje y al revés depende del color de turno y de las amistades. Esto es algo que ha quedado obsoleto y cuando un nuevo consistorio ocupe su lugar tendría que encontrar una Rlt coherente que dé respuesta a sus peticiones y no un juego de fichas mal guardadas que puedes manipular a tu gusto y arbitrio. Si se quiere que la cosa funcione este es el camino. No hacen falta estudios que no sirven para nada ni grandes promesas. Sólo hace falta una mesa y hablar y sobre todo voluntad de negociar y no de imponer como la mayoría de políticos entienden el verbo negociar. La rlt al paso que vamos también será la solución definitiva a los pies planos. Estáis avisados. Id pidiendo hora que tarda más que especialista en el hospital del Vendrell
Miquel Casellas