Entre unos y otros se han repartido el pastel político de las últimas décadas en nuestra casa. Los de aquí, los de allá y los de más allá se encontraban de vez en cuando y hablaban de cómo marcar el presente y de cómo diseñar el futuro y tantas otras cosas.
Ahora resulta que todos estos políticos que han formado parte de estos partidos se han sacado de la manga esto del Penedès Marítimo para reclamar una serie de mejoras en el tema de comunicaciones, peajes y otras hierbas de unos temas que hace años que el territorio reivindica. Una reclamación a la que siempre han dado la espalda desde las altas esferas del partido al servicio de los poderes fácticos. Encima tienen la santa valentía de coger la bandera de que aquí estamos muy maltratados. Entonces yo me pregunto si en estos encuentros de partido no hablan de cosas del terreno que afecten a la población? Cada día tengo más claro que en todos estos congresos y encuentros se dedican a hacer literatura política que después te venderán en cómodos plazos en los medios de comunicación subvencionados con anuncios oficiales.
Evidentemente todo este movimiento de este territorio ubicado entre Barcelona y Tarragona que surgió como el capuchino tuvo el suficiente tiempo para hacer una foto y la cosa seguramente se quedará aquí, hasta la próxima cita ante los medios de comunicación. Es tiempo de elecciones y de ponernos al lado del pueblo, después ya haremos según nos marquen las directrices del partido no sea que se nos acabe el modus vivendi de la política.
La historia de todo este movimiento no me preocupa lo más mínimo porque la mayoría de votantes ya conoce qué pie calzan algunos políticos, entonces este tipo de actuaciones sólo hacen que confirmar sus sospechas.
Pero a resultas de todo esto, la gente no es tonta como muchos estadistas se piensan y cuando tienen que votar, si es que lo hacen porque cada vez la gente pasa menos por las urnas a mostrar su opción resulta que ganan partidos y formaciones que nadie quiere porque son de extrema derecha y usan un lenguaje demagogo, sexista, racista y lo que tú quieras, pero no es más que la respuesta social a esta política que no lleva a ninguna parte y sólo quiere mostrar la cara bonita de la sociedad cuando la realidad desgraciadamente nos obliga a compartir las dos versiones.
Cada día los medios de comunicación tienen un campo de actuación más pequeño y gracias a las redes sociales te puedes encontrar un periodista o similar detrás de cada smartphone. Esta es nuestra realidad y si antes por los medios oficiales quizás no sabías que había una oleada de robos de bicicletas en algún barrio de la localidad, ahora quizás te puedes enterar de esto y de mil cosas más que antes sólo podrías oír en el mejor de los casos en la cola del pan.
Ahora los ayuntamientos están contratando a todo el mundo que pueden para demostrar que se preocupan por hacer disminuir el índice de parados de la población cuando en la gran mayoría de casos no son ni dinero suyo sino que alguna entidad de fuera vierte unos cuantos miles de euros que el consistorio sólo gestiona con más o menos acierto buscando a unos perfiles que te venden muy marcados por la subvención pedida. Evidentemente al resto de personal de la casa sólo se le tiene que dar el mínimo posible porque estos sólo nos traen problemas ante los medios de comunicación y nos dan una mala imagen. Si a una persona con responsabilidad se le puede hacer un contrato de auxiliar administrativo no se le hará de técnico, el resto de dinero ya lo invertiremos en butifarradas que siempre ayudan a recuperar muchos votos en el sector mayores de 60 años.
Los políticos se piensan que cuanto más salen en las fotos recibirán más votos, yo creo que esta impresión llega a un nivel que provoca el efecto contrario porque el elector ya parece que conviva con aquel candidato y opta por otro perfil totalmente ajeno a su vida diaria.
Miquel Casellas
