Miquel Casellas: "Muchas reuniones, ningún acuerdo"

06 de marzo de 2018 a las 07:46h
En nuestra realidad actual hay muchas maneras de superar una negociación cuando uno es quien tiene el poder y el otro solo pone la mano de obra. Ignoremos por un momento la razón porque es algo tan sutil que muchas veces se rompe por su fragilidad y subjetividad. Nuestros políticos para solucionar un problema pueden apostar por una estrategia más que consolidada en nuestra casa y que no da buenos resultados, pero garantiza que al cabo de cuatro años te vuelva a pedir tiempo para acabar de poner la solución al tema. Hay varias fases. Primero de todo se empieza actuando sin ningún tipo de información en ver la parte afectada. Los de arriba hacen y deshacen a su gusto, sin consultarlo a nadie y buscando las personas, los temas, los caminos que les puedan resultar más favorables. En esta fase, la primera parte domina absolutamente a la segunda que se tiene que quedar mirando a la barrera a ver qué pasa. Si no hay ninguna contraorden la cosa sigue por este camino años y años y nadie dice nada. Ante esta ignorancia manifiesta es muy posible que la otra parte haga algo contundente. Por ejemplo ir a la justicia o a algún organismo que pueda redireccionar la fuerza principal. Entonces si la respuesta es favorable y le tocan las crestas al poder, su reacción es rápida. Lo primero que hace es descargar las culpas en algún otro organismo que no tiene nada que ver en toda la trama central. Siempre hay alguien que le toca pagar el pastel aunque no esté ni invitado a la fiesta. A partir de aquí, el siguiente paso es empezar a hacer reuniones a todas las bandas a todas horas para no llegar nunca a ningún acuerdo. Aunque en algún momento de crispación del poder tengan un momento bajo y acepten alguna cosa que sale de lo que había por pequeña que sea, en la próxima reunión se echan atrás. Es una especie de rotonda de reunión a reunión con los mismos temas, sin mover ninguna coma de todo ello. En el caso de que haya alguna pequeña variación, entonces el problema es su aplicación. Este tema es ideal vuelve a la cesta de siempre y gira que girarás. Lo más importante es tener un buen calendario de reuniones y llevar un montón de temas que se pasan por alto para la próxima cita. Así entre en un bucle que es un no parar hasta dejar a la parte débil confusa que ya no sabe dónde tocar porque es una tomadura de pelo sin paliativos, todo es siempre igual. Muchas reuniones para no llegar a ninguna parte. Evidentemente esta postura estadísticamente da mucho de sí porque son muchas las horas invertidas para dar vueltas y vueltas a la misma rotonda. El tercer paso es buscar una empresa de fuera que se encargue de hacer el trabajo sucio. Todo aquello que los poderosos no quieren tocar para no quedar mal con nadie lo encargan a estas empresas de puertas giratorias donde muchos políticos siguen cobrando cuando hayan dejado de figurar en las listas de los cargos electos. Entonces aquí viene la magia. Cuando ves el esperado resultado de este estudio, esta nueva propuesta de una empresa presuntamente independiente, profesional, segura, fiable, intuyes que tienes lo mismo que tenías al principio de todo, pero todo con importantes cambios teóricos. A primera vista parece que de tener un tractor hayas pasado a tener un barco, pero cuando levantes el trapo de la literatura barata ves que ahora solo tienes un carro viejo con muchas pretensiones que no dejan de ser buenas intenciones. Esta es la historia real de muchos procesos en lugares donde los responsables reales de todo ello no dan la cara y siempre se esconden detrás de otros que no tienen ninguna culpa en todo el proceso. Hacen de simples espectadores. Cuando fallan los más cercanos se busca una empresa que ya está preparada para hacer este papel de malo de la película que es su tarea real como tantas veces ha hecho con otros episodios parecidos para no dejar mal a los clientes que son los que pagan y los que siempre tienen la razón aunque ellos saben que no la tienen, pero con una sonrisa diplomática todo se arregla fácilmente y así ir haciendo uno tras otro. Esta es la rotonda que se podría solucionar por una línea recta entre dos puntos, pero en un país donde los compromisos y los votos son demasiado importantes para hacer lo que toca siempre uno se tiene que dejar llevar por estos dos elementos claves que son los que les mantendrán en el poder un tiempo más al precio que sea, todo por hacer, pero muchas horas sentados a la mesa para nada. Miquel Casellas