Hace pocos años publiqué una breve descripción del personaje que representaría la filosofía del Riuet de Coma-ruga bajo el nombre de Barbie Riuet. En este artículo se mostraba el perfil de personas que visitan nuestras playas y en especial esta zona mediática de nuestro litoral más internacional. Debemos ser sinceros con la realidad y debemos dar el protagonismo a quien le toca y no es más que el chorlitejo patinegro que actualmente tiene un riesgo mínimo. Un pájaro de la familia de los carádridos de 16 centímetros de altura que hace años que escogió nuestro litoral para tener también su casita junto al mar. La cosa iba muy bien hasta que vinieron los turistas y los planes de construcción del litoral con el límite actual que ha obligado a poner orden antes de que decida marcharse a otros lugares donde esté más tranquilo.
Nuestro chorlitejo que es un ave voladora puede habitar a lo largo de nuestros 7 kilómetros de costa, pero tiene una especial predilección por la zona de las Madrigueras y Sant Salvador, aunque obviamente el animal no entiende de fronteras y límites y te los puedes encontrar en Coma-ruga e incluso más allá, pero ahora con la nueva versión de las Madrigueras en este espacio alrededor de la parte final de la Riera de la Bisbal se encuentra como pez en el agua aunque es un pájaro.
Nuestro protagonista hace unos años tenía que ir con pies de plomo no sea que alguno de los coches o peatones de las Madrigueras acabaran con su existencia en el aparcamiento ubicado en este espacio y el volumen de personas que transitaban en especial en verano. Pero en la pasada legislatura dimos un giro de 180 grados y lo que era un lugar para poner coches lo hemos ido transformando en una reserva natural de la Costa Dorada, todo esto gracias a la crisis de la construcción sino ya hubiéramos visto todo aquello lleno de viviendas con vistas al mar con dos espacios reducidos naturalizados para cuidar la conciencia ecologista de sus responsables y hacer la cosa más atractiva comercialmente.
Ahora tenemos la cosa controlada mayoritariamente y entre las fuerzas que se deben controlar están los gamberros que se encargan de dañar los pasos o los que tiran desechos en este espacio natural entre otros malos de la propuesta.
La naturaleza es sabia y viendo lo que tenía que soportar el pobre pajarito ya decidió que sus puestas serían en abril o en mayo que son meses tranquilos a no ser los cuatro días de Semana Santa, pero la naturaleza complicó la cosa e hizo que estos animalitos pudieran tener segundas puestas en el mes de junio cuando ya empezamos a tener una cierta afluencia en estos espacios marítimos. Los tres huevos que suele poner en sus puestas necesitan 25 días para ser incubados por sus dos progenitores. Aquí es donde está el peligro si la cosa se desmarca un poco en el tiempo y hay visitantes que hacen cosas que no deberían hacer.
Realmente este es el rey de nuestras playas y si la obra de la Seu como fue el puente sobre la Riera de la Bisbal de San Salvador que estuvo tantos meses parado una parte de la culpa la tiene el rey de todo este territorio que primeramente fue virgen, después, no tanto y ahora queremos conservar lo que hemos creado artificialmente y que recupere su espíritu original en la medida de lo posible.
Este personaje debe aguantar la presión de la modernidad que se acentúa en los meses de verano con los coches y los peatones ocupando su espacio natural. También le toca soportar las estridencias del castillo de fuego de San Salvador que se tira de sus espacios preferidos en nuestra casa. Nuestro rey que a pesar de sus dimensiones reducidas debemos tratarlo como le corresponde. Ya tiene suficiente de injerencias en su terreno natural que a punto estuvo de no volverlo a ver nunca más.
Miquel Casellas
