Miquel Casellas: "Los cuatro pilares de la sociedad vendrellense"
26 de marzo de 2018 a las 10:46h
Aquí en El Vendrell tenemos cuatro pilares que a medida que pasan los años se van consolidando porque los de su lado van disminuyendo y estos protagonistas cada vez son más altos y más firmes. Primero de todo hablaremos del más efímero. Uno de los pilares está fabricado a base de humo, imaginación, inspiración después de una larga reflexión pero está forrado con papeles de muchos colores que se adapta a la visión de cada persona y cada momento. Muchos políticos lo tienen bien puesto en sus discursos y les sirve de cantera para ir construyendo año tras año programas electorales, propuestas, estudios, trabajos, planes de futuro, de presente. Es un poco la musa de todo. Éste es aquel donde se esconden todas nuestras potencialidades como es la situación, el clima, las comunicaciones, la proximidad a dos polos como son Barcelona y Tarragona y un largo etcétera. Son muchas las empresas universidades que han hecho, hacen estudios para sacar partido a todo este tesoro que tenemos escondido y que no sabemos cómo explotar. Los que le han sacado provecho son estos estudiosos que han tenido su recompensa económica por decirnos una vez más qué guapos y que vivimos en un paraíso para explotar. Este pilar antes y después de las elecciones, en especial las municipales, toma un fuerte impulso. Otro de los puntales de nuestro pequeño país son las fiestas mayores. Ahora aún nos hemos moderado un poco, pero no hace muchos años en el mes de febrero ya decían los grupos que vendrían a finales de julio y cuando tocaba la cita ya no recordábamos quién nos visitaría. Hay mucha historia alrededor de la fiesta mayor que empieza en la Rambla hasta el Botafoc y desde la zona escolar hasta la Pep Jai con un poco de suerte. Después los barrios marítimos y urbanizaciones tienen su propia historia. Algunos actos hace años que están marcados en la programación y sólo se trata de cambiar la fecha y todo arreglado. Aquí se invierte mucho dinero, muchas horas y ésta es un poco la parte positiva y real de todo. Es el pilar más optimista, el más alegre y donde pequeños y mayores participan de alguna manera, aunque algunos aprovechan para hacer puente y tocar el dos. Después tenemos dos pilares que se utilizan para aguantar el tipo, para que parezca que todo va bien cuando el futuro no es muy halagüeño, pero muchos hace años que no quieren hacer caso a la situación socioeconómica de la ciudad y parece que llueva. No tienen proyectos para políticas reales y de contención, para arreglar un poco el patio aunque sea a medio o largo plazo. Un dato bastante importante que indica dónde estamos son las 21.000 atenciones que se han hecho el año pasado en El Vendrell. Evidentemente cuando damos una vuelta por El Vendrell y vemos lo que hay se ve claramente que la cosa va muy justa y en los últimos años no ha mejorado. Las personas deben cubrir unas necesidades básicas. Cuando estas personas no lo pueden conseguir trabajando porque no pueden acceder al mercado laboral o la jornada o el salario son mínimos deben parar en Servicios Sociales. Éste es un muro de contención social que no debería tener tanta importancia como actualmente porque las alternativas laborales son muy escasas. Todo esto se ha agravado porque muchas de las personas que venían a vivir aquí no lo hacían por vivir cerca del órgano de El Vendrell sino porque aquí parecía que todo era un poco más económico. A raíz de la burbuja inmobiliaria estas personas no han tenido otra remedio que ir a Servicios Sociales. Todo esto ha generado una especie de efecto llamada aumentado por el gran número de pisos ocupados que aún tenemos en El Vendrell, pero aún debe haber libres que irán cayendo. Para cerrar el círculo y que todo funcione de aquella manera sin que los efectos secundarios sean muy notables toca tener una policía que se vea aquí y allá aunque sea jugando al gato y al ratón como hacen en la playa con el top manta. Un juego que no parará a corto ni medio plazo porque vivimos en una sociedad donde muchas leyes están hechas para otra galaxia. De vez en cuando se hace alguna batida documentada en las zonas conflictivas con unas cuantas identificaciones y siempre se coge a alguien que tenía el DNI caducado e ir haciendo hasta la próxima. Mientras tanto vigilamos que nadie tome daño y todos lo acabamos pagando de alguna manera porque la vida en la calle no es para todos flores y violetas y hay mucha gente que ya no tiene nada que perder. A todo esto hay que añadir que ya no convocan plazas de policía de carrera y los nuevos son interinos con las carencias que esto conlleva y también tenemos que contratar agentes privados de seguridad para que algunos clientes hoteleros estén tranquilos cuando quieran ir a la playa. Miquel Casellas