Miquel Casellas: "El Vendrell más galáctico"

25 de noviembre de 2019 a las 19:26h

Poco a poco y aunque no nos demos cuenta, estamos viviendo en una villa que avanza rápidamente y sin pausa hacia una nueva galaxia repleta de televisiones, radios, redes sociales, postureo en general. Nosotros, que somos personas que aún tocamos de pies en el suelo, pero siempre tenemos un ojo en el espacio, debemos tener muy claro este proceso que también nos afecta.

Creo que nuestra salida de la intrahistoria fue sobre el año 2016 cuando destinamos 14.973,75 con IVA a un programa que lleva por nombre "Proyecto de conceptualización, diseño y ejecución de la marca de Territorio "El Vendrell". El estudio lo realizó una empresa de la casa como la Fundación Universitaria Balmes. Estos eran los primeros avances en esta carrera que nos está trayendo tantas alegrías. En aquellas épocas no era solo una cuestión de logotipo, sino que teníamos ni más ni menos que teníamos delante un dispositivo de gestión del territorio. La cosa con el tiempo se esfumó. Ahora que cada día nos conocen más por todas partes es fruto de este importante estudio.

Después de estos cuatro duros, fuimos a algo mucho más terrenal y nuestro. Estamos hablando de las jardineras de la plaza Vella que en concreto nos costaron 6.475,92 euros con IVA. Evidentemente, nuestro espíritu conservador no podía ver aquel espacio sin unos pocos árboles en medio de quita y pon según el modelo Puigibet cuando fue el amo y señor de la Bisbal del Penedès durante unos años.

Estos modelos básicos se tienen que quitar y poner cada vez que delante de la iglesia tenemos algún acto importante y más este año con las concentraciones por los presos políticos. Estamos hablando de un lejano enero de 2017

La cosa no acaba aquí, evidentemente. Más o menos por aquellas fechas la ciudadanía vendrellense pudo escoger sus siete tesoros más nuestros. Participación ciudadana a ver qué es lo que destaca de la inmensa riqueza del municipio. Pues como nunca falla, el pueblo siempre tiene la razón. Pues de las 1.471 personas que tomaron parte en este proceso, un porcentaje muy alto sobre los 37.000 habitantes de El Vendrell. Hay que decir que se presentaron 300 propuestas diferentes, de las cuales se seleccionaron estas 7 entre 30. Las afortunadas fueron: Els Nens del Vendrell, el Ball de Diables, la Iglesia Parroquial, el Campanario, el Ángel de Tobies, la Cercavila de Foc, el Yacimiento Ibérico de Mas d'en Gual, el Águila de El Vendrell y el Legado de Pau Casals. Este acto que se notó en los 36,82 km cuadrados del municipio nos costó 9.075, euros con IVA. La persona que ganó el concurso de estos tesoros por descubrir fue todo un personaje catalanista que más tarde volveremos a ver, Francesc Tudela i Penya.

Dejemos de hablar de los grandes prohombres de este país y vamos a las cosas concretas de nuestra villa que también nos afectan considerablemente.

La vida hacía su vida tranquila y plácida hasta que un día por motivos de seguridad sacaron el eucalipto de la Plaza Francesc Macià después de 34 años de vida consensuada de gobiernos de PSC y CiU y sus derivados porque ya estaba en situación peligrosa.

En esta base que se podían hacer muchas cosas con un proceso de participación ciudadana y derivados, pues como aquellos que no quieren la cosa parece ser que alguna mente privilegiada de esta villa ya tenía una idea en la cabeza para sustituir este árbol. La propuesta era una escultura de hierro que tenía que hacer el Aula Artística de Escultura de El Vendrell inspirado en Fenosa de una idea del conocido escultor Philippe Lavaill. Un artista nacido en Perpiñán y establecido en el Alt Urgell, pero por casualidades de la vida trabaja en El Vendrell en este espacio municipal.

Había una propuesta. No faltará el retrato de Macià y un árbol que representa el de pino de tres ramas que acoge a una familia:. Evidentemente en el árbol también simularán volar las palomas inspiradas en la obra de Fenosa. Pues esto es lo que encontraremos el próximo año en esta céntrica plaza vendrellense que ha tenido en los últimos años diferentes funciones, primero era un parking de zona azul y después un espacio de terrazas de bar que ahora estarán a la sombra de este árbol metálico. Nos hemos perdido un proceso participativo muy interesante donde la gente podía decidir qué quería en este espacio, pero la gracia es que solo la base de esta estructura cuesta 18.925,83 euros con IVA.

Ahora estamos a las puertas de la Capital de la Cultura Catalana, un título que también otorga el señor antes mencionado y que es una cosa privada desvinculada de la Generalitat. A ver cuándo nos costará esta aventura intergaláctica porque no es algo de ninguna entidad pública. No viene ni de Europa, ni de España ni de la Generalitat sino que tiene un nombres y apellidos que ya conocemos. Lo más triste de todo es que para sacar adelante todo esto de la capitalidad contratan a dos personas durante tres años en la categoría de técnicos mal pagados. Lamentable.

Miquel Casellas

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