Miquel Casellas: "Albinyana, un pueblo donde nunca pasa nada"
14 de mayo de 2018 a las 06:22h
Albinyana es uno de los pueblos de la comarca que, por suerte o por desgracia, no sale mucho en los medios de comunicación ni por cosas buenas ni malas. Él está allí arriba desde su atalaya privilegiada disfrutando de la plana penedesenca. Vigila que cada día al salir el sol todo esté en su sitio. Este año, una vez más, el municipio ha convocado su concurso Joan Perucho, que ha llegado a la 19 edición. El próximo año ya toca una propuesta especial para celebrar estas dos décadas de concurso en el municipio. Hasta hace un par de años formaba parte del jurado de tres concursos literarios de la comarca: El de cuentos de Navidad de Calafell y el Sant Jordi del Vendrell. Los dos anteriores ya forman parte de la historia. El de mi pueblo, aunque no tiene el empuje de sus rivales costeros, goza de buena salud y no tiene ninguna intención de quedar en el recuerdo. Los chicos de la escuela y muchos vecinos del pueblo ya lo tienen como una cita obligada para dejar volar su creatividad. Evidentemente, también encontramos a los autores que vienen de fuera del municipio y van midiendo su arte a ver si hay suerte en las diversas convocatorias en nuestra casa. Albinyana es un pueblo tranquilo, quizás demasiado. Ahora mismo nos hemos quedado sin ninguno de los dos restaurantes que teníamos al lado de la carretera que lleva a las instalaciones del parque acuático. La tienda también está cerrada. Esperamos que alguna obra social en forma de familia o persona vuelva a abrir sus puertas porque, aunque el beneficio no sea muy grande, su tarea está más en el ámbito social de las personas que no tienen ningún medio para ir a buscar el pan al pueblo de al lado. No son grandes distancias, pero lo suficiente para buscar alternativas a más de un cliente. El bar de enfrente de la tienda cerró, pero al poco tiempo volvió a abrir. Este es uno de los pocos puntos de encuentro para aquellas personas que quieren ir a tomar algo sin necesidad de coger el coche. Obviamente, desde tiempos de la Sra. Juanita, el estanco está en su sitio para aquellos que compren tabaco porque eso de enviar cartas ya es algo que ha quedado en desuso. El "Procés", por desgracia, ha vuelto a dar empuje a este deporte de escribir, poner el papel en un sobre, ir a buscar un sello y tirarlo en un buzón para que en un par o tres de días, en el mejor de los casos, llegue a destino. El núcleo de Albinyana, gracias al destino, no ha caído en la trampa del crecimiento inmobiliario de finales del siglo pasado. Ha crecido con mesura y no tenemos aquí grandes zonas para edificar. Lo justo y necesario para que quienes quieran venir a la localidad tengan su solar para poder hacer una casita y no hace falta mucho más. Los lugares con más problemas son los accesos a la parte más alta del municipio porque es un lugar de difícil acceso para camiones y vehículos grandes. Esperamos que no pase ningún susto y no nos tengan que visitar los bomberos. Se puede utilizar un camino alternativo, pero es una de las mejoras que ya hace años que claman al cielo, pero como no es un lugar muy transitado, aparte de un par de veces al año, está de forma considerable allí en la lista de cosas pendientes. Albinyana es un pueblo tranquilo donde hace años y años que las mismas personas están en el poder y en la oposición y tal como está el patio si pueden tirar un par de décadas más. Los dos líderes políticos principales irán cambiando de compañía en cada cita electoral, pero ellos seguirán al frente de las dos opciones que siempre ha habido en el pueblo en diferentes versiones. Lo que sorprendió a propios y extraños es que en las pasadas elecciones del 21 de diciembre la fuerza ganadora fuera Ciudadanos. Un hecho muy curioso que se vivió en muchos lugares de Cataluña y que el municipio baixpenedesenc también entró en el grupo. Las nuevas tecnologías hacen que el voto cada día esté más abierto y estas personas que siempre votan las mismas siglas ya forman parte de la historia de este país. Depende de la moda la gente se decanta hacia aquí o hacia allá. No hacen falta ni grandes mítines ni meriendas para pensionistas y jubilados. Albinyana después de su milenario va viendo como del popular Safari sólo queda la parte acuática. A ver hasta cuándo dura esta actividad que fue un lugar muy concurrido en nuestra casa. Albinyana es un pueblo muy tranquilo que no tiene gigantes porque las calles son demasiado empinadas con unos divertidos cabezudos ya llenamos la parte de protocolo que marcan las nuevas tendencias. La vida continúa lejos de los medios de comunicación en una vida tranquila y sin mucho ruido mediático. Miquel Casellas