El pasado día 15 de noviembre hizo 20 años que trabajo al servicio de la administración local de El Vendrell. Esto a efectos de trienios que es una de las cosas con más interés de todo corresponde a 6 trienios y 2 años de servicio. Si no pasa nada en noviembre de 2019 tendré derecho a un nuevo trienio en la nómina que puede suponer que con esta cantidad me puedo financiar perfectamente un café diario durante tres semanas en jornada laboral. Pequeños detalles que con el paso del tiempo ayudan a pasar el día con un poco más de alegría y optimismo.
He tenido la suerte de ver el proceso en que El Vendrell casi ha doblado su población gracias a un boom de la burbuja inmobiliaria que transformó El Vendrell en un municipio repleto de grúas de la construcción a una localidad donde la obra nueva sea casi inexistente.
En estos años he visto como una parte del archivo de la casa grande iba en fichas de papel a convertirse en una base de datos donde se podrían introducir nuevas entradas y consultar a través del ordenador. Yo soy hijo de un grupo de gente que entró en un plan de empleo donde quizás había 10 personas que debía durar un año. Nosotros debíamos reforzar la administración durante este tiempo para realizar tareas concretas en diferentes departamentos de la casa. Cuando el plazo terminó, la mayoría de nosotros nos quedamos a formar parte del personal de la casa y a partir de aquí hemos ido consolidando nuestro paso por la administración local. Algunos de los compañeros no se quedaron y volvieron al paro o a otras empresas. Esta es una de las cosas positivas de aquella política laboral. La gente que entraba temporalmente tenía la posibilidad de quedarse en la administración y hacer, como nosotros, para consolidar un puesto de trabajo. Esta política con perspectivas ahora no se aplica. Actualmente hay un ordenador con una silla que cada seis meses o un año es ocupado por una persona que cede el espacio a otro una vez termina su relación con la administración. Este profesional temporal recibirá una formación y una experiencia que al cabo de un tiempo deberá repetirse con otro perfil e ir haciendo. Hay profesionales de la casa que llevan una larga lista de alumnos que han seguido este proceso engañoso porque no hay posibilidad de continuidad y se pierden esfuerzos y recursos que la administración pierde cada vez que una persona se marcha de la casa. No son lugares de refuerzo ni mucho menos sino que son lugares necesarios para que cada día la administración pueda subir y bajar la ventanilla para atender al ciudadano. Evidentemente en una política actual donde los titulares y las estadísticas son las que predominan este entrar y salir es ideal porque cada medio año parece que tengamos gente nueva, pero nunca tienen derecho a la foto los profesionales que deben salir por la puerta de atrás porque ya no tienen contrato con la administración.
Entre las políticas estatales y el de ajuste del ayuntamiento para compensar los excesos en una época que los gastos iban a lo grande, actualmente existe un grave problema por una falta de trabajadores fijos y con un exceso preocupante de trabajadores interinos sin plaza que están esperando que un día puedan conseguir la plaza. A los políticos no les preocupa nada todo este panorama porque todos tienen muy claro que sólo estarán 4 años y luego vete a saber qué puede pasar. Su filosofía es quien días pasa años empuja y si podemos poner el bulto a la próxima legislatura mejor que lo solucionemos a esta.
En la época que entré en el Ayuntamiento, los sueldos no eran de los mejores que había en el mercado y después con el boom inmobiliario se demostró científicamente, pero en aquellas épocas éramos unos ilusos que apostábamos por la seguridad en el trabajo y un horario racional y cobrar cada 25 de mes con algunas excepciones marcadas por el calendario y otros fenómenos inexplicables. Nosotros formamos parte de esta administración que cada día debe abrir las puertas a la gente más cercana. He trabajado para dos alcaldes y una alcaldesa de los dos partidos que se han repartido el poder desde que entró la partitocracia sustituyó a la dictadura. Muchas gracias a todas las personas que he conocido a un lado u otro del mostrador. Esto es como una gran universidad, sin títulos pero con muchas experiencias que te aportan muchos conocimientos y profesionalidad para saber cómo coger el toro cuando viene demasiado cargado.
Miquel Casellas