Miquel Casellas: "2018, un año de traspaso"

30 de diciembre de 2018 a las 19:03h

Este 2018 ha sido un año de traspaso para El Vendrell y comarca, evidentemente no estoy hablando de que febrero haya tenido 29 días ni mucho menos. En 2019 como mínimo viviremos unas elecciones municipales donde puede pasar de todo. Si la presente legislatura en Calafell y en El Vendrell ya da mucho de sí, es posible que la próxima cita aún sea una nueva etapa de esta política local complicada que tenemos en nuestra casa donde los partidos tradicionales van perdiendo peso específico a cambio de nuevas formaciones que van entrando con pie firme en el arco político local.

El Vendrell y Calafell han vivido con intensidad muy baja los Juegos del Mediterráneo siguiendo un poco el talante de esta competición que ya iba mal antes de empezar y evidentemente no ha defraudado a nadie tal como ha quedado la cosa. Yo creo que hoy por hoy son pocas las personas que se acuerdan de este evento internacional. No creo que sirva de mucho ni para las próximas municipales en nuestra casa que aún siguen con el tema del Logis Penedès, una de las propuestas políticas más rentables que tenemos en nuestra casa para arreglar este mal endémico como es el paro y la baja renta per cápita pero la cosa no pasa de las promesas y palabras. El municipio más espabilado de la comarca yo creo que es La Bisbal del Penedès que en silencio y con mucho trabajo va viendo cómo va llenando sus polígonos con nuevas empresas. El resto del Baix Penedès está haciendo estudios sobre nuestro futuro con propuestas muy bonitas que se quedan en algún disco duro para analizar en el futuro.

Este año El Vendrell ha visto cómo después de un par de legislaturas se ha puesto la segunda, la tercera piedra del CAP del Botafoc. Se supone que en la próxima la cosa ya irá y funcionará. Ahora sólo nos falta reclamar personal. De momento según las voces populares tendremos los mismos profesionales que hasta ahora pero repartidos diferente. A ver si hay suerte y también contratamos a más gente.

El parking del hospital de El Vendrell sigue siendo pequeño y los trenes por la R-4 siguen pasando cada hora aunque nosotros no nos cansamos ni nos cansaremos de hacer mociones y propuestas al plenario para arreglar El Vendrell y que de una vez por todas los Diablos de L'Arboç dejen entrar a pubillas en sus miembros. A ver si alguna moción sirve para algo, pero ya estamos un poco acostumbrados a que sean una especie de cartas a los reyes que permite a nuestros políticos lucirse en la dialéctica de ir por casa. Mira que este año estuvimos a punto de hacer un debate sobre el estado de la villa en El Vendrell en un formato muy suave y tranquilo, pero un par de días antes la cosa se desmontó y todo nuestro gozo en un pozo hondo. A ver si lo hacemos antes de las próximas municipales, pero yo creo que es demasiado arriesgado porque puede ser todo demasiado optimista o pesimista según quién lo exponga.

El Vendrell ya tiene protocolo de Fiesta Mayor y esto lo ha notado considerablemente la villa en una fiesta mayor muy marcada entre la carretera de Valls y la Riera de la Bisbal. Aún queda pendiente de hacer unas fiestas populares que realmente representen El Vendrell del siglo XXI, pero hay cosas como la legalidad vigente que no se pueden mover nunca de lugar, no sea que provoquemos un trastorno galáctico.

Ya se empiezan a conocer alguna de las caras que concurrirán a las próximas elecciones municipales. Hasta ahora tenemos representantes de los partidos de toda la vida. Ahora falta que las nuevas formaciones digan la suya, pero muchos de estos lo hacen de forma asamblearia y nunca sabes cómo puede salir la cosa. También hay un movimiento que pide listas únicas en el mundo independentista, pero la cosa aún está un poco verde. Seguramente en El Vendrell en este campo amarillento tendremos tres o cuatro formaciones, somos así de guapos y formales y nos cuesta ponernos de acuerdo, pero todo esto lo iremos atando en este nuevo año que empieza con unas luces navideñas pagadas íntegramente por el consistorio vendrellense, pero sólo hay que ver el resultado lumínico en la vía pública para ver su realidad. Pues venga adelante que empezamos un nuevo año y éste vendrá cargado de promesas como mínimo. En El Vendrell tenemos mosén nuevo y esto marca mucho a los fieles que cada día son menos y menos jóvenes se acercan por la casa del Señor.

Miquel Casellas