Unos sospechosos con un coche blanco fueron vistos el viernes por la noche dejando cinco sacos en diferentes puntos de Guayaquil (Ecuador). Cuando a alguien se le ocurrió inspeccionar el contenido, el susto fue mayúsculo.
Cabezas en un saco, brazos y piernas en otro, un tórax en un tercero... los vecinos del barrio Luchadores del Norte, situada en el sector de la Juan Montalvo, al noroeste de Guayaquil, tuvieron un macabro despertar. Los cinco sacos fueron esparcidos en un perímetro de un kilómetro y contenían un total de 12 piezas anatómicas.

UNA ZONA PELIGROSA
A las cuatro de la madrugada se encontró un saco con dos cabezas y otro con cuatro brazos, y un tercero con cuatro piernas. Dos horas más tarde, en un solar cercano, un cuarto saco con un torso. Media hora después, los vecinos avisaban a los policías, que estaban inspeccionando el macabro hallazgo, de que se había encontrado un quinto saco con otro tronco.
El jefe policial Diego Carrillo informó de que, de acuerdo con las grabaciones de cámaras de seguridad del sector, los sacos fueron lanzados aproximadamente a la una de la madrugada por unos sujetos que conducían un coche blanco.
“Una señora se acercó y llorando dijo que era la madre de una de las dos personas encontradas, lo reconoció por un tatuaje que tenía en un brazo. La investigación determinará si se trata de la misma persona”, manifestó.

Se da la circunstancia de que el pasado 11 de enero fueron encontradas siete piezas humanas en cinco sacos de yute en la misma zona. “Este es un sector peligroso, podría ser por temas relacionados con la droga. Quizás es un mensaje de bandas delictivas”, sostuvo Carrillo.
APARECEN MÁS FAMILIARES
El dolor y el temor de represalias hicieron que los familiares de uno de los dos cuerpos encontrados descuartizados no revelaran su identidad. "Una de las cabezas era la de mi hijo, pero no podemos decir más, no sabemos por qué lo mataron y tenemos miedo de que nos hagan daño", dijo el padre de uno de los dos hombres, cuyo cadáver fue dividido en seis partes.
Otro pariente sostuvo que su familiar tenía 22 años y que vivía en el noroeste.