Mariano Rajoy, presidente del estado español y Àngel Ros, alcalde de Lleida, han inaugurado, esta mañana, el Parador del Roser de Lleida. Este edificio con una fuerte carga cultural, histórica e ideológica pasará a ser un hotel de lujo y de propiedad privada. Durante la mañana, la ciudadanía se ha mostrado indignada y en contra a este nuevo cambio a través de manifestaciones. Los vecinos de Lleida se han sumado el apoyo de la asamblea Arran de Lleida, los cuales han contado, también, con la ayuda de los dos concejales de la CUP: Pau Juvillà y Francesc Gabarrell.
El convento, que sirvió como refugio de 700 personas, fue incendiado por las tropas borbónicas durante la Guerra de Sucesión. Más tarde, en el siglo XIX, se reconvirtió en un centro cultural y educativo, y se declaró obra protegida como bien cultural y de interés local. Finalmente, en 2003 se anunció la remodelación del edificio para convertirlo en un hotel de lujo de la empresa de Paradores de Turismo, la cual está adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España.
Esta mañana, las calles de Lleida se han llenado para reivindicar su descontento ante el nuevo uso del antiguo convento del Roser. Anna Ariño, vecina de la ciudad de Lleida, asegura que "no es un buen momento para hacer un Parador, primero de todo porque Lleida no reúne las condiciones para tener uno, no somos una ciudad turística; y, sobre todo, porque se está pasando por encima de lo que representa este edificio por la memoria histórica, la cual no se podrá recuperar".
Por otro lado, otro vecino de Lleida, Francesc Xavier Mateu, asegura que sería un proyecto interesante si el hotel explicara y mostrara la historia del convento del Roser de Lleida, "pero no lo harán", afirma, "porque no les interesa". Finalmente, Pau Juvillà, concejal de la CUP, ha remarcado la gran participación e implicación de la ciudadanía, ya que, "a pesar de ser un día laboral, mucha gente ha intentado movilizarse".
