La continuación de las excavaciones arqueológicas en los terrenos situados entre la catedral y el río siguen dejando al descubierto importantes restos, que se remontan a hace 2.000 años. Unas de las más destacadas son las que corresponden a la Dertosa romana, y se trata de varias estructuras que podrían corresponder al siglo primero de nuestra era: el coordinador de las excavaciones, Jordi Diloli, ha señalado que "hemos encontrado el espacio público de Dertosa, porque en un mismo punto nos aparece el foro, un conjunto de tabernae o la base del templo con un podio", entre otros. Unas estructuras que constituyen "el principal espacio político y económico de la ciudad romana", situadas junto al río por la importancia que tenía como vía de entrada de las mercancías que llegaban de Roma en dirección al centro de la Península, remarca Diloli. El hecho de que estuviera documentada con diversas fuentes de información, y que se hubieran encontrado monedas que hacían referencia a Dertosa, pero que nunca antes se hubiera podido encontrar en Tortosa la ciudad romana, hace que los arqueólogos subrayen la importancia de los descubrimientos: "es un gozo", ha dicho Diloli. Del mismo modo, las excavaciones realizadas en el lado de la avenida Felip Pedrell también han permitido hacer otro descubrimiento singular: la fachada fluvial de Tortosa que correspondería a los siglos XIV-XV. Se han encontrado los muros que estaban junto al río, algunos embarcaderos, así como dos de las escaleras que permitían acceder desde las edificaciones hasta el agua. Este espacio ahora descubierto se corresponde de manera fidedigna con el dibujo que el paisajista flamenco Anton van den Wyngaerde hizo en 1563 de toda la ciudad desde el margen derecho del río, un hecho que añade valor al hallazgo. Anteriormente, las fases de excavaciones previas ya habían localizado los restos del ábside de una basílica visigótica, que podría corresponder a la primera iglesia de la ciudad; una fábrica de salazones del siglo V o varias construcciones de la época andalusí. La alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé, y el teniente de alcalde de Turismo, Josep Felip Monclús, han visitado esta mañana el espacio acompañados del coordinador arqueológico, Jordi Diloli. Roigé ha remarcado que con los hallazgos realizados queda patente que se trata de un importante yacimiento que "permite observar en un mismo punto todas las épocas históricas de la ciudad". Es por ello que el proyecto de construcción de la plaza que se ha comenzado a construir frente a la catedral prevé hacer visitables estos restos para convertirlos en un activo turístico y cultural de primera magnitud. En este sentido, Tortosa ha obtenido 1,8 millones de euros de los fondos FEDER para poner en valor estos vestigios y otros espacios históricos de la ciudad. Tanto Roigé como Monclús han detallado que el proyecto, llamado 'Dertosa-Turtuxa-Tortosa: una ciudad, tres nombres y 2.000 años', permitirá ir más allá de la construcción prevista inicialmente que ya incluía hacer visitables estos restos, con la creación de un espacio interpretativo. El proyecto también incluye la creación de un mapping permanente que se proyectará sobre la fachada de la catedral que se convertirá en una atracción única, así como vincular este espacio con el barrio judío a través de la Casa de las Tres Culturas y con el paseo del Castillo que se construirá en la costa de Capellans, en el que también se instalarán las esculturas diseñadas por Ignasi Blanch.
