Este año los gigantes cristianos tortosinos, Rufo y Rubí, cumplen 60 años. Ayer más de 40 gigantes y cabezudos de toda Cataluña, Valencia y Aragón llenaron el centro de la ciudad para celebrarlo, al son de las grallas y las dulzainas.
A las 11 de la mañana las veinte collas geganteras participantes se concentraron en el paseo central del parque Teodoro González, donde un gran número de vecinos pudo verlos de cerca y hacerse fotos. Había collas de poblaciones de las Tierras del Ebro, como Amposta, Santa Bárbara y Horta de Sant Joan, pero también de otras comarcas catalanas, como Reus, Maials y el Hospitalet de l'Infant, del País Valenciano (Benicàssim y l'Alcora) y de Aragón (Valdealgorfa).
Posteriormente, salieron todos en pasacalle hacia la plaza del Ayuntamiento, llena a rebosar, donde la fiesta continuó con tres bailes en honor de la pareja homenajeada, a cargo de los gigantes de la Colla Jove, Els Gaiters de l'Aguilot y Lo Golafre.
La jornada prosiguió con la entrega, en nombre del Ayuntamiento y de la Colla Gegantera de Tortosa, de una serie de placas de agradecimiento a tortosinos que nos han dejado recientemente y que hicieron una contribución importante a las fiestas populares de la capital del Baix Ebre. Familiares y amigos de los desaparecidos subieron al escenario para recoger los obsequios.
Asimismo, el alcalde del municipio entregó una placa conmemorativa del día a la Colla Gegantera de Tortosa, que recogió el presidente de la entidad, Joan Carles Bonfill. Ferran Bel recordó que "durante estos 60 años los gigantes de Tortosa han ido creciendo y saliendo adelante. Nos han representado dentro y fuera del país. Más allá de la colaboración del Ayuntamiento, esto ha sido gracias a la Colla Gegantera, que ha pasado momentos más difíciles, pero hace unos años que está pasando unos muy dulces."
La siguiente actuación la protagonizó el águila de la corte de bestias de la ciudad, que también se movió al ritmo de las dulzainas. Acto seguido, Rufo y Rubí tuvieron ocasión de demostrar que 60 años no son nada, con una danza que terminó con una explosión de confeti.
El acto en la plaza del Ayuntamiento concluyó con la entrega a cada colla visitante de un recuerdo de la jornada, consistente en una reproducción en miniatura de la pareja de gigantes protagonista.
Finalmente, todas las collas volvieron a desfilar por la avenida de la Generalitat hasta el parque, donde volvieron a bailar para poner fin al día.
Marta Milian Ariño
