El riesgo de contagio del coronavirus es 19 veces más alto en espacios cerrados que al aire libre, según un estudio que ha analizado cómo ha circulado el virus en once brotes de Covid detectados en Japón.
En otro estudio realizado en China en el que se han analizado 318 brotes de tres o más personas -todos los registrados en el país exceptuando la provincia de Hubei hasta el 11 de febrero-, ninguno de ellos se había originado al aire libre. Los contagios se habían producido principalmente en domicilios particulares y en transportes públicos. Una proporción menor se había producido en comercios y restaurantes aunque, en estos casos, el número medio de personas afectadas en cada brote era más alto.
No son resultados sorprendentes, según Àlex Soriano, jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, que explica que el coronavirus se transmite principalmente a través de las gotas que se emiten al hablar, toser, cantar o incluso respirar. "En espacios cerrados en los que hay un contacto cercano y prolongado entre personas es más fácil que se transmita la infección que en espacios abiertos donde el virus se dispersa en el aire", explica Soriano.
Por este motivo, el riesgo de contagios será más alto en otoño, cuando se congregarán grupos de personas en aulas, salas de reuniones y otros espacios cerrados, que en verano, en el que se pasa más tiempo al aire libre, añade Benito Almirall, jefe de servicio de Infecciosas en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
El riesgo de contagio en una playa si se va a tomar el sol o bañarse es extremadamente bajo, coinciden en señalar los dos médicos. En una playa, aunque esté concurrida, no suele establecerse un contacto estrecho con desconocidos y, aunque alguna persona pueda tener el coronavirus, éste se dispersará con el viento.