Cómo dar nuevas utilidades, aprovechar etnológicamente y turísticamente las coheteras del delta del Ebro, doce de las cuales han sido recientemente declaradas como Bien Cultural de Interés Nacional. Este es el objetivo que se plantean los ayuntamientos y los propietarios de estos edificios singulares, construidos entre los años 50 y los años 70 con el objetivo de evitar las tormentas de otoño que podían dañar la cosecha de arroz en el Delta.
Aunque solo una docena cuentan con la figura de máxima protección del patrimonio catalán, hay documentadas 38 coheteras en la zona. La Generalitat cree que el reconocimiento, precisamente, debe servir para darles una nueva utilidad, como crear rutas turísticas, lúdicas o de divulgación y recuerda que anualmente habilita una línea de ayudas para recuperar edificios protegidos. Los consistorios deltaicos planean integrarlas en los nuevos proyectos turísticos o en otros ya existentes.