Lo detienen en el Palau d'Anglesola con tres kilos y medio de marihuana y asegura que es para consumo propio

07 de febrero de 2018 a las 10:22h
Un hombre de Riga (Letonia), Roman K., se ha sentado este martes en el banquillo de los acusados en el juzgado penal 1 de Lleida acusado de tráfico de drogas. Los Mossos d'Esquadra lo detuvieron en el Palau d'Anglesola (Pla d'Urgell) el 26 de febrero de 2016, en un control extraordinario de robos en interior de viviendas, y le encontraron tres kilos y medio de marihuana en el maletero del coche de alquiler que conducía y más de 12.000 euros en billetes de 50 en los bolsillos interiores de la chaqueta. Durante su declaración, el acusado ha asegurado que la droga era para consumo propio y ha explicado que compró tanta cantidad porque se la ofrecieron a un buen precio, que pensaba que la marihuana era legal en España, como en Ámsterdam, y porque como tenía la intención de quedarse en Barcelona unos seis meses, para no tener que ir comprando la droga poco a poco cada ciertos días. Su abogada ha pedido la absolución ya que considera que no existe ningún indicio directo que demuestre que su defendido se dedicaba al tráfico de drogas. La fiscalía, en cambio, considera que la versión del hombre es inverosímil y que se trata de demasiada cantidad para consumo propio. Pide que se le imponga una pena de dos años de prisión.
El acusado ha explicado, con la ayuda de una traductora de ruso, que había llegado a Barcelona hacía cuatro días y que quería comprar marihuana porque era consumidor y porque pensaba que en España era legal ya que veía gente fumando 'porros' en la calle. Es por eso, ha seguido, que le preguntó a un chico que fumaba marihuana en la calle dónde podía comprar y éste, ha añadido, le dio una dirección donde ir un día y una hora en concreto. El acusado entonces alquiló un coche para ir a buscar la droga, al lado de una gasolinera próxima a Mollerussa, y cuando volvía, los Mossos lo detuvieron en un control en una rotonda. Su intención, ha dicho, era comprar un kilo de marihuana para que le durara toda su estancia en Barcelona, donde quería quedarse a pasar unos meses con su familia, pero el vendedor le ofreció tres kilos y medio por 4.000 euros. "Era una ganga", ha dicho, ya que en Letonia, cada kilo cuesta entre 6.000 y 8.000 euros, así que aceptó. Sobre el dinero en efectivo que llevaba encima ha explicado que tenía solvencia económica porque había vendido una empresa de soldadura que tenía en Letonia y que prefería pagar en efectivo el alquiler del piso que quería reservar en Barcelona. Su abogada ha destacado que, tal y como han explicado los Mossos que lo detuvieron, el hombre no opuso resistencia, llevaba la droga a la vista en el maletero del coche y no llevaba ningún utensilio en el vehículo como balanzas de precisión o bolsitas individuales. Además, no huyó ni dio media vuelta cuando vio el control policial porque pensaba que no cometía ningún delito si llevaba marihuana para consumo propio. Además, ha destacado que el acusado, que a raíz de los hechos volvió a Letonia, ha venido a España, primero cada quince días y después una vez al mes, a firmar en el juzgado, tal y como le ordenó el juez y que los resultados de las analíticas que se le realizaron dieron positivo en consumo de marihuana.