Lleida ha rendido esta mañana homenaje a los ciudadanos que fueron deportados a los campos de concentración nazis, con la colocación de 10 adoquines frente al último domicilio conocido donde vivieron estas personas, que murieron o fueron encarceladas en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.
El paer en cap, Miquel Pueyo, ha manifestado que este era "un acto de gran envergadura simbólica", ya que para leer la inscripción de los adoquines, donde figura el nombre y los datos de estos deportados, hay que inclinarse, gesto que es una forma positiva de respeto en muchas culturas. El alcalde ha señalado que hoy, en la figura de estos 10 leridanos se hacía "un homenaje a la vida, a la memoria y al recuerdo", para añadir a continuación que "el amor vence a la muerte, pero sobre todo el recuerdo vence a la ignominia". Miquel Pueyo ha manifestado que, en esta nueva etapa, "la Paeria está alineada con los objetivos que inspira la tarea del Memorial Democràtica y de la Dirección General de la Memoria Democrática", por lo que ha anunciado que, "en las próximas semanas, completaremos la revisión del nomenclátor de las calles para eliminar el reconocimiento y nombres de personas vinculadas con el franquismo. Trabajaremos en fortalecer y dignificar la Memoria, porque no hay proyecto de futuro, ni concordia, ni convivencia, si no hay también una buena política de Memoria". Acto en la calle Democràcia El alcalde ha hecho estas manifestaciones durante el acto institucional que ha tenido lugar en el Patio de la Paeria. Previamente había asistido, con la directora general de la Memoria Democrática, Gemma Domènech; el director del Memorial Democràtic, Jordi Fonts, y varios concejales de la corporación, a la colocación del adoquín dedicado a Ramon Alandí Qui, en la calle Democràcia, 11. Este acto ha contado con la presencia de una hija, dos nietas y tres bisnietas, que han tenido una participación activa, ya que una de ellas ha sido encargada de leer la biografía de su bisabuelo. En su intervención, la directora general Gemma Domènech ha explicado en qué consistía el Proyecto Stolpersteine. "Una iniciativa sencilla, pero con mucha implicación emocional de un alcance internacional, ya que hermana víctimas de todo el mundo con un mismo elemento que les recuerda". Domènech ha destacado la presencia urbana de este proyecto. "Un homenaje personalizado, reflexivo y discreto, con un gran potencial educativo, ya que integra la memoria de los deportados en el tejido urbano y en la cotidianidad de sus vecinos y vecinas". La directora general ha cerrado su mensaje señalando que "el recuerdo de su lucha contra el fascismo debe espolearnos a todos a trabajar diariamente por el mantenimiento de los valores democráticos". Hasta 30 adoquines La Dirección General de la Memoria Democrática y la Paeria tienen previsto colocar en Lleida hasta 30 adoquines del proyecto Stolpersteine, aunque el resto se harán paso a paso, para poder satisfacer la demanda de otros lugares del país. Sólo en las tierras de Lleida, hay 300, de solicitadas. El primer adoquín en la ciudad de Lleida se colocó el 20 de abril en la calle Joan Baiget, 1, en recuerdo de Miquel Sol Torres, deportado a Buchenwald, donde murió asesinado en 1945. Con las de hoy, ya son 11 los adoquines que hay en las calles de la ciudad. Además de la de Ramon Alandí, en la calle Democràcia, hoy también se han colocado las que rinden homenaje a Peret Barbarroja Sala (Camí de Canet, 17), Josep Casas Ezequiel (Canyeret, 18), Enric Curià Gatius (Cavallers, 46), Josep Estrada Fabregat (Príncep de Viana, 37), Domènec Miñano Lozano (Manuel de Montsuar, 2), Josep Pach Roselló (Canonge Brugulat, 22), Pau Pinós Abad (Canyeret, 8), Manolo San Martín Santamaría (Sant Ruf, 23) y Josep Teixidó Badia (Sant Martí, 6).