Una mujer de 61 años denunció por mala praxis a un sanatorio privado de Puerto Madryn, en el sur de Argentina, y a dos médicos por la extirpación de un riñón equivocado. A Aída Luz Suhurt la tenían que someter a una nefrectomía total izquierda por la presencia de un tumor, pero le extirparon el riñón derecho, según publicó Infobae.
El episodio tuvo lugar en 2017 y ahora se celebra el juicio civil por daños y perjuicios contra el urólogo Jorge Bresser y su médico colaborador, Martín Piana, en el Juzgado Nacional de Primera Instancia.
HISTORIA DE UN ABSURDO
Todo comenzó cuando en un control de rutina, el médico de cabecera de Aída le ordenó una ecografía abdominal donde detectó la presencia de litiasis vesicular, cálculos dentro de la vesícula, y de un quiste en el riñón izquierdo.
Fue entonces cuando el médico ecografista le sugirió hacer una tomografía para obtener una mejor definición.
Después de veinte días, la mujer se hizo una tomografía de abdomen con contraste oral y endovenoso en la que se identificó la presencia de un tumor. La paciente, hasta entonces, tenía un buen estado de salud y estaba en normal actividad.
Pero su rutina cambió rotundamente a raíz de la cirugía laparoscópica renal que le practicaron los médicos Dresser y Piana. Ahora, la mujer debe recibir atención nefrológica de por vida, someterse a tratamientos psicológicos y convivir con un órgano dañado.
DOLOR EN EL COSTADO DERECHO
Después de la operación, al despertarse en la sala de terapia intensiva del sanatorio, donde estuvo internada durante 48 horas, advirtió extrañada dolor y molestias en el costado derecho de su abdomen.
La mujer lo consultó al doctor Bresser, que -según explica- le dio respuestas evasivas. Debido a la insistencia de Aída, finalmente la informaron de que le habían extraído el riñón derecho en lugar del izquierdo.
“Sufrió la pérdida del órgano sano, ya que le extrajeron un riñón sin alteraciones, que funcionaba correctamente, lo que provocó la pérdida de armonía corporal y un riesgo gravísimo de salud. Lo hicieron a pesar de los estudios médicos precedentes, contra el consentimiento informado y contra la práctica quirúrgica programada sobre el riñón izquierdo”, señaló el abogado Nicolás Schick.
A partir de ese momento, Aída recurrió a consultas con un médico clínico, un nefrólogo y un oncólogo que “le confirmaron que la nefrectomía derecha había sido innecesaria”, afirmó el letrado.
¿LUZ AL FINAL DEL TÚNEL?
Aída debe recibir atención nefrológica de por vida, someterse a tratamientos psicológicos y convivir con un órgano dañado. Vive con el miedo de que el cáncer se reproduzca en su riñón izquierdo y tenga que vivir ligada a una máquina de diálisis.
En el juicio, cuando fue citado a declarar ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Número 14, el urólogo Bresser presentó un escrito, a través de su abogado, donde admitió que le tuvo que extirpar el riñón derecho porque también presentaba un tumor, cosa que no había aparecido en ningún estudio realizado a la mujer.
Ahora el juez deberá determinar si los médicos mienten y si la demandante es víctima de la mala praxis médica.
