Las capturas de angula en el delta del Ebro caen a la mitad este 2019

12 de abril de 2019 a las 07:21h

La campaña de la angula en el delta del Ebro se ha cerrado este año con una disminución de prácticamente la mitad de las capturas respecto a las efectuadas el año pasado. Así lo constatan los datos de la Cofradía de Pescadores de Deltebre, que centraliza la comercialización de las capturas de todo el Delta: no se ha llegado a los 600 kilos pescados frente a los 1.100 registrados al cierre de 2018. Aunque, tradicionalmente, es una pesca con altibajos en años alternativos, el secretario de la Cofradía, Pascual Chacón, ha apuntado que las condiciones climáticas benévolas de este invierno habrían influido decisivamente en esta caída: las temperaturas han sido muy suaves, no se han producido precipitaciones ni grandes nevadas en los Pirineos que hayan incrementado los caudales del Ebro y las levantadas o episodios de viento han sido contados. "El cambio climático nos afecta", asegura Chacón. "No es que no haya angulas. Es la confluencia del tiempo", ha reiterado Chacón sobre el descenso de las capturas experimentado durante esta campaña, que se abrió el 1 de noviembre de 2018 y se ha cerrado este pasado 20 de marzo. A pesar de lo espectacular de la caída, aclara que no es la primera vez que detectan campañas alternas irregulares de un año para otro, según la creencia arraigada popularmente en el sector.

Ahora, sin embargo, los pescadores de angula del delta del Ebro son conscientes de que, más allá de las condiciones peculiares necesarias para la pesca de la angula –el alevín de la anguila que cruza el Atlántico y el estrecho de Gibraltar desde el mar de los Sargazos para remontar los ríos-, el factor climático está influyendo más que nunca en su suerte. Si el año anterior las levantadas de otoño permitieron superar la tonelada, el invierno "climatológicamente primaveral" ha sido decisivo. "La poca pesca que hemos tenido ha sido los tres días que ha hecho mal tiempo", reconoce Chacón. Los caudales fluviales abundantes y los temporales de levante son los reclamos fundamentales para atraer a la angula a remontar el río.

Así pues, como cualquier actividad pesquera, recuerda el secretario de la Cofradía de Deltebre, el comportamiento de las especies piscícolas –tanto desde el punto de vista reproductivo como del desarrollo- está directamente por las condiciones del medio, requiere unas condiciones climáticas concretas. Y, actualmente, el sector percibe que estas condiciones están cambiando. "Todo el mundo está notando un cambio climático importante. Nos afecta: estábamos acostumbrados a que de noviembre a diciembre teníamos vientos de arriba, levantadas, frío y este año no ha sido así. No ha habido deshielo y no ha bajado agua", suscribe.

Todo ello se ha traducido en jornadas, durante los últimos días hábiles de marzo, con capturas totales en todo el Delta de sólo unos cuatro kilos de angula. En general, calcula Chacón, los cerca de 300 pescadores autorizados en todo el delta del Ebro han capturado de media unos 2,5 kilos cada uno. En cambio, estas bajas cantidades no han supuesto un incremento de precios. "No sube. La Unión Europea está dentro del CITES –el convenio que regula el comercio internacional de especies amenazadas- y no se permite la exportación: sólo en el interior de Europa. Va al engorde en buena parte y no al consumidor final", certifica.

Los precios se sitúan entre los 200 y los 300 euros el kilo. Únicamente durante el período que va entre noviembre y finales de diciembre, ante la expectativa del incremento de consumo navideño, estas cifras repuntan hacia la parte superior. Con todo, Chacón precisa que una mayor disponibilidad de angulas atrae más a los compradores, porque facilita y abarata su transporte. A diferencia de décadas pasadas, la producción menos elevada se ha visto compensada con una mejor valoración económica. "Tenemos menos pesquera pero si hubiera ido económicamente mejor, compensaría", cierra.

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