La Víbria de Tarragona está de celebración. Este año, conmemora su 25º aniversario y lo hace con una serie de actos festivos y culturales repartidos durante toda la temporada. Como no podía ser de otra manera, la entidad madre de la Víbria, la Colla de Diables Voramar del Serrallo, organizó una serie de actos este pasado fin de semana, en el marco de las fiestas de Sant Pere, patrón del Serrallo. La Víbria presidió el gran correfoc por las calles del barrio marinero, que tuvo lugar la noche del sábado. Participaron el Ball de Diables dels Pallaresos, el Drac de Sant Just, el de Montblanc, el del Morell, La Polseguera d'Argentona, el Cabrot del Vendrell, y las anfitrionas, la Vibrieta, la Víbria y los Diables Voramar. Fue un acto lleno de fuego al ritmo de los timbales, que estuvo a la altura de la celebración. En primer lugar, cada grupo hizo una encendida individual en la plaza de Sant Magí. Después del recorrido, las bestias y los diablos hicieron una demostración conjunta frente al Espai d'Entitats. Además, el correfoc tuvo un componente emotivo, con la participación de los antiguos y primeros integrantes de la Víbria. El domingo también fue Voramar, con el almuerzo popular de los antiguos y actuales miembros de la Víbria. Los asistentes, unos setenta, pudieron degustar un suquet de sepia con albóndigas. La Colla de Diables Voramar del Serrallo-Víbria de Tarragona ya está programando actos conmemorativos, que más adelante se harán públicos. El objetivo de la entidad es hacer sentir a toda la ciudad partícipe de los 25 años de la Víbria. Cabe recordar que la bestia nació en 1993, en manos de miembros de los Diables Voramar. La Víbria mezcla los pechos y vientre de mujer, con la cabeza, el pico y las patas de águila, lengua de serpiente, cola de dragón y las alas mitad murciélago y mitad águila. Su simbología la sitúa dentro de las fuerzas del mal. Forma parte del Seguici Popular de Tarragona y es una de las bestias más queridas por los más pequeños.
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