Esta mañana, la alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé, y el director de la obra y responsable del proyecto, Josep Camps, han visitado el estado de la que ya es una de las actuaciones más ambiciosas emprendidas en la ciudad en los últimos años: la obra que urbanizará la plaza de la Catedral. Ubicada en el conjunto del núcleo histórico, esta avanza según lo previsto: "la obra es muy compleja y se irá informando a medida que avanza, respecto a los plazos", ha señalado Roigé.
El proyecto se enmarca dentro de las "actuaciones de mejora que hemos hecho y seguimos haciendo para mejorar los barrios históricos", ha dicho la alcaldesa, pues, se creará una plaza acotada al nivel de la basílica. Desde esta se accederá a los restos arqueológicos que se musealizarán en el último tramo de los trabajos, creando un recorrido en el interior que resumirá la historia de la ciudad, desde la época romana, la ciudad árabe o medieval y que estará vinculada al Museo de Tortosa.
Por su parte, el arquitecto Camps ha explicado que el proyecto parte de tres objetivos principales: resolver el encaje del espacio situado entre el templo y el río, integrarlo en el entorno dando continuidad a la actuación que se hizo en la plaza del Ábside, y a la vez, permitir la musealización de los restos arqueológicos que han aparecido en el subsuelo, en la ejecución de la obra para que tanto la ciudadanía de Tortosa como los visitantes puedan conocer la traza histórica de la ciudad a lo largo de casi 2.000 años
El proyecto tiene un presupuesto de 1,9 millones de euros y está en la primera fase de ejecución. Por lo tanto, se debe sacar la maraña del terreno y situar los cimientos de la estructura para construirla y adecuarla a las funciones a las que ha sido pensada.
