El proyecto de la Sagrada Familia comienza a encarar su recta final después de 135 en construcción y en 2022 se prevé que sus seis torres centrales ya estén terminadas. La principal novedad de este año es la torre de la Virgen María, encarada a la calle Provenza, que ahora alcanza los 79 metros, más de la mitad de su altura final. Este progreso se ha podido llevar a cabo en un tiempo récord gracias al uso de unos paneles de piedra preparados para colocarse directamente en el edificio. Además de esta torre, que ya se puede contemplar sin los andamios, los visitantes también verán los avances en las cuatro torres de los evangelistas, la sacristía terminada y las columnas del pórtico superior de la fachada de la Pasión. De cara al año que viene, el arquitecto director, Jordi Faulí, calcula que se empezará a levantar la torre más alta, la de Jesucristo, que alcanzará los 172,5 metros. El conjunto del proyecto arquitectónico debería finalizar en 2026.
Una vez terminadas las seis columnas, Faulí ha explicado que aún faltará completar algunos puntos que dan a las calles Provenza y Mallorca y colocar todas las cubiertas. De cara a 2026, el arquitecto ha dicho que no se compromete a que esté finalizada la parte artística, aunque asegura que están trabajando en ello con un equipo de teólogos. Coincidiendo con las jornadas de puertas abiertas de los días 22, 23 y 24 de septiembre, los responsables de la construcción del templo han explicado los principales cambios que podrán apreciar los visitantes. En cuanto a la torre de la Virgen María, Faulí ha precisado que en su interior habrá un espacio vacío de 60 metros, que hará reflejar la luz e iluminará el altar. En la misma torre también se ha incrustado una oración y se han colocado cuatro flores asociadas a la Virgen María. Las torres se construyen con unos paneles de piedra específicos, que sirven a la vez como material decorativo y estructural. Es la primera vez que se utilizan estos elementos en la obra de la Basílica, y los arquitectos reconocen que permiten acelerar la construcción. Jerónimo Buxareu, uno de los arquitectos, ha explicado que se pudieron colocar catorce de estas piezas en dos días. Los paneles se construyen en el núcleo de Galera, en el término municipal de Gaià, y después se trasladan directamente al punto del monumento que les corresponde. En cuanto al interior, las novedades son la reforma de las escaleras de acceso al presbiterio y las veinte filas de bancos nuevos, que siguen el estilo de Antoni Gaudí. Los deseos del padre del proyecto se intentan seguir en cada detalle. Faulí también ha destacado los espejos, que "cambian en cada momento del día, y volver a contemplarlos también es una novedad". Por otro lado, también está en marcha un plan para estudiar la restauración de la fachada del Nacimiento, que da a la calle Marina. Hasta ahora se ha analizado el detalle de la fachada con una grúa que ha recogido 14.000 fotografías. Cuando esté terminada, el objetivo es presentar el resultado a la Generalitat para que pueda ser declarada Patrimonio de la Humanidad. En este punto del templo, también se están construyendo dos edificios de entrada a ambos lados de las escaleras, que contarán con controles de seguridad con escáneres. La Sagrada Familia sigue siendo un punto de visita obligada para el público extranjero y local, y en 2016 aumentó un 7% el número de visitantes, llegando a los 4,5 millones. Esto permite financiar buena parte del proyecto arquitectónico, que este año cuenta con 48,9 millones de euros de presupuesto. En palabras de Faulí, es gracias a la gente y a los arquitectos que Gaudí estaba "convencido" de que su sueño se culminaría.