El día no empieza bien. Son las 10:30h, bien temprano por la mañana teniendo en cuenta que es sábado y la gente se permite un ratito más de sueño, si no se trabaja, claro. Cuando algunos aún descansan, Jordi ya recibe un mensaje devastador en su Whatsapp: "Un niño de 10 años ha muerto, esta noche, a bordo de una embarcación de refugiados que estaban en ruta hacia Lesbos. Según las informaciones, el niño fue aplastado cuando el pánico irrumpió en la embarcación que transportaba a 66 personas". Pero, este no es un hecho aislado; los mensajes llegan continuamente y las informaciones desde Lesbos mantienen a Jordi angustiado. "El móvil siempre está sonando y cada vez que recibo una noticia nueva pienso que debería estar allí", explica. Sin embargo, se trata de una problemática que "ha pasado de moda" y por eso ya no preocupa a la gente, asegura Jordi.
Jordi Cervera coopera activamente con los campos de refugiados de Lesbos y lo hace con un grupo de compañeros de estudio del Grado Superior de Salvamento y Socorrismo. Jordi y sus compañeros vieron en su trabajo una oportunidad de ayudar a los refugiados, y así nació 'From Reus to Hellas'. A través de este proyecto, organizaron una expedición hacia Lesbos con el único objetivo de ofrecer su ayuda en lo que mejor sabían hacer. Cuando llegaron a uno de los campos de refugiados, en Lesbos, Jordi asegura que "los niños estaban destrozados". "La primera vez que entramos nos encontramos, en un margen, cuatro niños tirando piedras a un refresco –continúa relatando–. Eran las 9 de la mañana. Cuando salimos de allí a las 4 de la tarde, los niños seguían haciendo lo mismo". Esta imagen les impactó y así es como nació la idea de vertebrar su ayuda en los niños, concretamente enseñándoles a nadar.
A raíz de esta experiencia, Jordi hizo su primer contacto con la ONG Proactiva Open Arms. En diciembre de 2016, vuelve a emprender el camino hacia Lesbos, pero esta vez de la mano de la organización. "En este momento es cuando conozco de cerca el tema del salvamento marítimo", apunta. Todas estas experiencias, tanto de salvamento marítimo como de ayuda a los niños refugiados, han hecho que Jordi sea una persona totalmente concienciada con la situación actual en Lesbos, que sigue siendo de emergencia aunque mediáticamente ya ha pasado de moda, tal y como manifiesta el cooperante. Jordi lamenta que la sociedad sólo ha sido consciente de esta crisis humanitaria cuando la situación ha aparecido en las primeras planas de los medios de comunicación. Una vez que los medios dejaron de dar importancia a esta situación, la sociedad también lo hizo. Hoy en día, "todo el mundo sigue lo que sale en las redes sociales y como los refugiados no están es como si ya no existieran", pronuncia rotundamente.
Gratificación
Esta es una dura realidad que entristece a personas como Jordi, que han podido ver con sus propios ojos la devastación reflejada en los ojos de otros. Pero, él no cambiaría esta experiencia por otra cosa; "es muy gratificante y enriquecedor", asegura. Y es que, como suele decirse, siempre hay que sacar una parte positiva a todo lo negativo, y de optimismo Jordi tiene para regalar.
El cooperante recuerda uno de los rescates que llevó a cabo con todo el equipo de Salvamento Marítimo de Proactiva Open Arms, en febrero de 2017. Durante la Misión 12 de la organización, el grupo realizó más de 10 rescates en el mar Egeo, lo que se traduce en 825 personas, la cifra más grande de la ONG hasta esa fecha. Jordi evoca aquellos momentos con los ojos brillantes. El último rescate, sin embargo, fue el más duro: "Estábamos totalmente agotados después de 15 días; ya no teníamos ni el mínimo de fuerzas", explica. Sin embargo, el grupo miró a los refugiados que ya habían rescatado anteriormente y pensaron "¿por qué ellos sí y los demás no?". Así que con el último impulso de energía decidieron hacerlo y con eso se produjo la magia. "Cuando subimos a las embarcaciones, todos los refugiados empezaron a aplaudir. Tengo este momento grabado; fue espectacular", recapitula emocionado.
Pero, sin duda, si los buenos momentos de Jordi en Lesbos tuvieran que resumirse en una palabra, esta sería Achmed, un niño que conoció en un campo de refugiados, proveniente de Siria, y que había sufrido una experiencia devastadora y traumática para cualquier persona. Achmed explicó a Jordi que habían violado a su madre y a su padre lo habían fusilado. Junto con su tío, huyó de aquel infierno buscando una salida a Europa, pero antes de encontrar una nueva oportunidad se toparon con la realidad de los campos de refugiados, donde las condiciones son pésimas, hasta llegar al extremo de utilizar bolsas de la basura para taparse y resguardarse del frío, como relata Jordi.
"Desde un principio hubo mucho feeling entre nosotros", apunta Jordi. No sólo su historia, sino la energía y el optimismo de Achmed cautivaron al cooperante desde un buen inicio. Así nació una bonita relación entre ambos. Mientras lo explica, Jordi sostiene entre las manos un rosario musulmán que le regaló Achmed. "El día que me marchaba de Lesbos y él se dio cuenta, me pedía que no me fuera. Cuando nos despedimos, él me puso este rosario entre las manos", evoca con la emoción otra vez en los ojos. "Es el objeto más preciado que guardo de mis experiencias en Lesbos".
Afortunadamente, Achmed pudo llegar hasta Alemania, donde vive ahora con sus tíos. "Iré a visitarle. Eso es seguro", dice Jordi. Allí, seguro, Achmed podrá encontrar las oportunidades que le arrebataron en su país de origen.