Justo la víspera del día de Sant Jordi y en medio de un clima enrarecido con el Gobierno, la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) celebrará su decimoquinta asamblea general este sábado por la noche en Tortosa, con el pacto de Rialb como motivo principal de debate. El movimiento social ebrense, que asegura querer rehuir una confrontación con la sociedad de los territorios beneficiarios de lo que considera técnica y jurídicamente un trasvase, ha reiterado al ejecutivo catalán que se opondrá a una medida calificada de "precipitada" e "imprudente". Le reprochan que haya traspasado una línea roja y le advierten que no eludirán la confrontación en el terreno de la defensa del río y del territorio. El sábado por la noche, la asamblea podría decidir ya "actos de respuesta en la calle" que, de entrada, no pasarían por una "gran movilización" dado el actual contexto político del país.
La PDE entiende que el pacto de Rialb debe tener una respuesta social y que puede acabar conduciendo hacia un choque directo con el Gobierno. Cuestionan que este tipo de políticas de gestión del agua –lejos del reclamado equilibrio territorial- puedan formar parte del nuevo modelo de país por el que se está trabajando y lamentan que se dé continuidad a obras ya previstas por el Plan Hidrológico Nacional (PHN) del PP. "Si supone confrontación con el Gobierno, la tendremos", ha remachado el veterano portavoz antitrasvase Manolo Tomàs. De hecho, la asamblea del sábado podría acabar decidiendo acciones de protesta en la calle. Los representantes del movimiento social, sin embargo, entienden que el actual no es un buen momento para convocar grandes movilizaciones. "Políticamente está todo muy mareado y vamos hacia unas elecciones", ha subrayado. Pero más allá de las diferencias con la Generalitat, entienden que hay que evitar la confrontación social con los habitantes de las comarcas beneficiarias del agua del Segre. "No haremos que el debate sea entre 31 pueblos y una parte de las Tierras del Ebro", ha insistido. Con esta idea, Tomàs cree que se debe planificar y gestionar esta voluntad movilización de forma inteligente, de acuerdo con "las circunstancias que sean útiles para la gente y que consigamos algo". Una asamblea "delicada" y "no convencional" que servirá para trasladar información, crear comisiones para posibles acciones y abordar la estrategia. A pesar de asumir que esta vez "será muy difícil" hacer entender su oposición a la sociedad –la detracción de agua para abastecimiento de boca de municipios a caballo de las cuencas internas, desde el Segre y no del Ebro, en cantidades relativamente pequeñas y que se ha justificado como un "acto solidario"-, el portavoz del movimiento social, Joan Antoni Panisello, asegura que muchos ya han entendido que esta actuación es "el principio de algo". La amenaza de un futuro trasvase a Barcelona, después de la experiencia de un minitrasvase en Tarragona que debía ser "puntual" y también por motivos de solidaridad, se ve cada vez más próxima en el contexto de las dimensiones de la obra del canal Segarra-Garrigues y el embalse de Albagés. Tampoco las declaraciones de buenas intenciones desde el Gobierno, negando esta posibilidad, les resultan creíbles. "Si dejas la puerta abierta es fácil que otro o tú mismo en otras circunstancias la aproveches", apunta la portavoz Matilde Font. "La mejor defensa es que no se empiece", añade. La materialización de este pacto, ha sorprendido hasta cierto punto en el entorno antitrasvasista. Especialmente, después de que durante los últimos años se hubieran forjado aparentes complicidades con la Generalitat en materias tan sensibles como la exigencia de caudales ambientales para el tramo final del Ebro o la necesidad de hacer llegar sedimentos al Delta. Ahora, lamentan, "se abre el grifo" con consecuencias imprevisibles: un "precedente" que puede reanimar las demandas de agua desde el Levante peninsular. "¿Con qué criterio se les dice ahora en Valencia y Murcia que no se les da agua?", apunta Panisello. Tomàs cree que la dificultad de explicar y justificar esta medida por parte del Gobierno ha llevado al lanzamiento de mensajes contradictorios por partes de los partidos que lo integran. En este sentido, ha reclamado le ha reclamado que aclare sus prioridades después de las proclamas a favor de una nueva gestión del agua y de la protección del Ebro a raíz de la manifestación de hace un año en Amposta. "Cuando las Tierras del Ebro bajamos la guardia dejamos de ser prioritarios", ha reprochado. Los representantes del movimiento social han lamentado también que los contactos con los partidos en el ámbito local no hayan fructificado con respuestas en la línea de que se trata de una aportación de agua puntual, solidaria y no preocupante. "El Gobierno nos dice que sería prudente que no nos pongamos", ha apuntado Panisello. "La PDE podemos estar en muchos procesos y participar en muchas cosas pero hay una línea que no traspasaremos, que es dejar de defender el territorio, mande quien mande", ha cerrado Tomàs.