El Ayuntamiento de Lleida trabajará para innovar en la aplicación de medidas concretas que contribuyan a fomentar el civismo desde la transversalidad. El paer en cap, Miquel Pueyo, ha señalado que el civismo y el respeto no tienen que ver solo con la seguridad, sino que son políticas transversales que incluyen la educación, la vía pública, la seguridad, la juventud, etc. En el contexto actual de cambio, el alcalde ha explicado que se generan muchos retos y que estos no deben volverse problemas, deben convertirse en oportunidades.
Los miembros de la Corporación Municipal han asistido este miércoles a una jornada de civismo y seguridad, organizada en el cuartel de la Guardia Urbana, en la que han participado personal técnico de varios departamentos, para tratar los valores que se asocian, como el compromiso y la responsabilidad con los bienes comunes, que afectan a cada área. El alcalde ha asegurado que el civismo también va vinculado a la salud, al confort o a la satisfacción por vivir en la ciudad. Pueyo ha comentado que las grandes transformaciones no se consiguen a corto plazo, son acciones que cuajan a lo largo del tiempo, con acciones educativas, de convivencia, etc.
Pueyo se ha referido a las aportaciones que ha hecho durante la jornada el catedrático de antropología social en la Universidad Pompeu Fabra, Carles Feixa, quien ha hecho de relator, y ha afirmado que Lleida ha sido una ciudad pionera en varios ámbitos, como en la acogida de personas de orígenes diversos, al igual que Barcelona, y que, de la misma manera que la diversidad genera inquietudes pero se pueden entender como oportunidades, los cambios también. Por eso, trabajar el civismo ayudará a ser una sociedad más de más convivencia, flexible y tolerante y, además, aportará desde un punto de vista del progreso económico e intelectual.
Carles Feixa ha conducido la jornada con reflexiones y análisis de las políticas locales de civismo y convivencia. Ha indicado que el objetivo de la jornada es pasar de la coexistencia, cuando cada persona vive en su no hay interacción, a la convivencia, para gestionar situaciones diarias de conflicto y aprovechar las oportunidades que se derivan. La manera más efectiva para promover la convivencia, ha dicho, es que la propia ciudadanía se sienta comprometida.
Entre algunos de los problemas que existen en la vida cotidiana, ha expuesto algunos como la suciedad, los grafitis, el ruido, el ocio nocturno, conflictos con los animales/perros, la diversidad religiosa, el vandalismo, el multiculturalismo, la integración o el uso del espacio público. Feixa los ha puesto como ejemplos que pueden ser retos, a la vez que oportunidades, cuando se llega a una mediación o co-mediación, que es cuando los agentes proponen soluciones.
El catedrático de antropología ha hablado de algunas experiencias exitosas en la ciudad, como el rediseño de los carriles bici, los presupuestos participativos, la resolución de problemas del ocio nocturno, etc. De aquí, que en una coyuntura de cambio global y local, es el momento de administrar estos nuevos retos. "El civismo, la convivencia, es un tema transversal en el cual se debe actuar globalmente", por lo que Feixa ha apuntado que se debe innovar en la aplicación de medidas concretas para evitar que conflictos de situaciones diarias, de pequeños retos, generen malestar ciudadano.