La OA, la asociación que apoya a los reusenses con trastornos alimentarios

08 de enero de 2020 a las 13:30h

Francesca, Montse, Sílvia y Alex (nombres ficticios) son algunos de los 16.000 ciudadanos del Camp de Tarragona que sufren un trastorno alimentario. Todos ellos forman parte de Comedores Compulsivos Anónimos, una asociación internacional que organiza reuniones semanales para personas con un trastorno por atracón, una patología bastante desconocida a pesar de tener una prevalencia superior a la anorexia y la bulimia juntas.

Esta entidad, que nació en Estados Unidos bajo el nombre de Overeaters Anonymous (OA), sigue los mismos patrones que la organización dedicada al alcoholismo y no tiene ánimo de lucro. En Cataluña hay diez sedes, repartidas entre Reus, Granollers, Sabadell, Barcelona y Girona.

Los cuatro se reúnen cada lunes en la Parroquia de Sant Bernat Calvó de Reus, donde durante una hora y media conversan e intentan recuperar una buena relación con la comida. Allí han encontrado un buen espacio donde se entienden sin juicios, que muchos aseguran no haber encontrado en la salud pública o en psicólogos y dietistas. Además, la asociación les permite adaptar las reuniones a su vida particular, porque cada uno decide qué grado de implicación y qué disponibilidad tiene, sin obligar a nadie a asistir a todos los encuentros. La mayoría tiene una larga trayectoria con este trastorno, los cuatro han hecho infinitas dietas y han pasado por las manos de decenas de médicos, nutricionistas o psiquiatras.

Francesca, una de las más veteranas, asegura que "aquí cada uno entra en unas condiciones diferentes, pero se trata de salir en el mejor estado posible". Los inicios siempre son duros, y comentan que en general, cuando una persona empieza en la OA, viene con mucha vergüenza y una carga emocional importante. "Siempre lo han vivido como que no han tenido suficiente fuerza de voluntad, suficiente juicio o suerte, y el componente físico tampoco ayuda", remarca.

Para las personas que deciden ir a la OA, en general recomiendan que primero acudan al médico y reciban la atención sanitaria que consideren necesaria, ya sea a través de la nutrición, la psicología o la psiquiatría, ya que la asociación es sólo un complemento, sobre todo en los primeros meses de tratamiento.

Aparte de las reuniones, existen otras herramientas de ayuda, como la literatura propia de la entidad, los padrinos, que acompañan al recién llegado, o los grupos de Whatsapp, para situaciones complicadas. Cada uno elige las herramientas que quiere utilizar, sin ningún tipo de obligación.

La asociación se basa en el anonimato, un aspecto que según Montse, les protege y les respeta. Defienden que les aporta seguridad y confianza, y que si no lo fuera, la gente vendría menos tranquila o le costaría más ir a las reuniones. Además, denuncian que nadie quiere oír hablar de los trastornos alimentarios, que estas enfermedades se han simplificado mucho y la gente no las entiende. "Nos dicen que estamos bien o que no necesitamos ninguna ayuda, porque socialmente hemos normalizado conductas insanas con la comida, como las dietas detox o compensar la ingesta después de una gran ingesta", comentan.

En la entidad cada miembro tiene unas funciones específicas, como llevar la contabilidad o encargarse de las bebidas. Todas las sedes se financian a través de donaciones, en especial de los propios miembros, que sirven para pagar el alquiler de las salas, comprar libros y hojas informativas o pagar el mantenimiento de la web.

Hasta ahora, el trastorno por atracón no se reconocía como tal en el DSM, el manual de diagnóstico de los trastornos mentales que utilizan los profesionales médicos. El actual, el DSM-5, define los síntomas de esta patología: sensación de culpa y de falta de control con la comida, una ingesta de alimentos muy superior a la media y en un período de tiempo bastante corto, comer solo o sin tener hambre físicamente. Además, OA dispone de un test de 15 preguntas, que se puede consultar en este enlace:

https://www.comedorescompulsivos.es/es-oa-para-ti/