Casi un mes después de finalizar la campaña electoral, la Junta Electoral Central (JEC) ha dado la razón a los Abuelos y Abuelas por la Libertad de Reus. La Junta Electoral Provincial de Tarragona prohibió a este colectivo manifestarse en la plaza Mercadal, como hacían desde el pasado 7 de noviembre cuando se inició el movimiento, durante los días de la campaña electoral del 21-D. Los Abuelos y Abuelas, sin embargo, no se quedaron de brazos cruzados e hicieron llegar más de 200 quejas al Síndic de greuges de Catalunya. Ahora, la JEC acepta las recomendaciones de este organismo en relación a las quejas del colectivo, considerando que "cualquier manifestación ciudadana durante los períodos electorales y fuera de la jornada de reflexión y del día de la votación, siempre que se cumplan el resto de requisitos legales para llevarla a cabo, queda amparada por el derecho constitucional de reunión".
"Lo valoramos con la satisfacción de que nos han dado la razón pero también con la molestia de que ahora no sirve para nada", dice rotundamente uno de los portavoces del colectivo, Miquel Clariana. El portavoz ha defendido que ahora lo más adecuado sería que "se retractaran públicamente, pero tampoco lo harán". Según Clariana, el colectivo respetó estas medidas, aunque se continuaron concentrando pero "sin dar vueltas y sin pancartas", a título personal. Clariana recuerda que, además, también se les prohibió vestir las bufandas y lazos amarillos, a lo que sí que se opusieron: "Esto forma parte de nuestra vestimenta y cada uno puede ir por la calle como quiera", ha defendido Clariana.
Por su parte, el Síndic ha valorado positivamente esta respuesta de la JEC, aunque en su día se vulneraron los derechos de los manifestantes. Pero, este reconocimiento por escrito podría servir para evitar casos similares en otras ocasiones.
La formalización del colectivo
Las relaciones institucionales, los contactos con la prensa y la relación con los familiares de los presos y exiliados políticos empiezan a ser gestiones diarias de los Abuelos y Abuelas por la Libertad. Por este motivo, el pasado lunes 8 de enero, el colectivo creó un equipo coordinador, con un grupo de voluntarios, que coordinará las tareas a realizar, como explica Clariana. Uno de los objetivos principales que se plantean los Abuelos y Abuelas es extender este movimiento a otros lugares de Cataluña. "Ya hemos hecho invitaciones por si alguien quiere contactarnos y que les expliquemos nuestra experiencia", explica el portavoz, a lo que añade que "también invitamos a abuelos de otros lugares a que vengan para que vivan la experiencia con nosotros y visiten la ciudad".
Otras acciones que se llevan a cabo desde el colectivo es el contacto con los presos, a los que envían cartas y ellos las responden. "Queremos mantener este calor con ellos y con los familiares", dice Clariana, quien desvela también que otra de las ideas del colectivo es poder realizar un acto en uno de los teatros de la ciudad "para recaudar dinero a la caja de solidaridad y que asistan otros políticos que han sido encarcelados -de ambos partidos- y algunos familiares".
Una protesta constante y pacífica
"Nosotros haremos presencia en las calles hasta que unos salgan de la prisión y los otros puedan volver del exilio, pero siempre de manera pacífica", defiende Clariana. Además, ahora el colectivo se concentra también los sábados para que toda aquella gente que no puede asistir los días laborables también puedan dar su apoyo a los presos políticos. Según el portavoz, los familiares de los presos y exiliados "están agradecidos pero tristes". "Nos piden que no lo dejemos de hacer porque nuestra fuerza es su esperanza para seguir presionando al estado español", explica Clariana.
El colectivo de los Abuelos y Abuelas siempre ha defendido que no se posicionan con ningún partido político. "Hacemos política porque pedimos la libertad de políticos, pero no hacemos política de partidos", asegura Clariana, el cual invita a todo el mundo que quiera a asistir a sus concentraciones, "sea cual sea su ideología". El portavoz, además, lamenta que la situación que se está viviendo actualmente recuerda a muchos de los abuelos del colectivo el franquismo que vivieron años atrás. "En la dictadura nos lo esperábamos todo, era lógico en un régimen así", explica Clariana, "pero lo que no nos esperábamos –continúa expresando– es que un estado democrático utilizara las mismas medidas que el franquismo". Por eso, "nosotros perdimos el miedo hace mucho tiempo y ahora ya no tenemos", sentencia.
