La hija de la víctima de Montmagastrell reconoce que había tensión con cazadores

28 de noviembre de 2017 a las 17:27h
La hija del vecino de Santa María de Montmagastrell, que murió a causa de un disparo de escopeta de un cazador el 18 de diciembre de 2014, ha reconocido este martes, en la segunda jornada del juicio, que había tensión entre su padre y algunos cazadores, en relación con el coto de caza. "Discusiones sí, había intervenido muchas veces porque se les encontraba en las fincas y había llamado varias veces a los Mossos para que les dijeran que no podían cazar allí", ha explicado. Sin embargo, ha añadido, no se esperaba este desenlace. "Yo confiaba en que no le pasaría nada. No pensaba que nunca se llegaría a este extremo", ha dicho. Este martes también han declarado vecinos del municipio y cazadores que han reconocido que había desavenencias porque en el mismo núcleo había algunos propietarios de fincas que querían que se cazara y otros no. El jurado popular también ha escuchado en esta segunda jornada los testimonios de los primeros Mossos d'Esquadra que llegaron al lugar. Los agentes han declarado que la víctima tenía la mano derecha en el manillar de la moto y la pierna en uno de los estribos.
La posición de la víctima en la moto es importante ya que, según el acusado, el disparo se efectuó durante un forcejeo en el que la víctima intentó quitarle la escopeta. En cambio, la fiscalía y las acusaciones quieren demostrar que esta versión no es posible y que el acusado disparó de manera voluntaria a la víctima. Es por eso que insisten en preguntar a los testigos la posición del cadáver al llegar al lugar de los hechos, porque consideran que el hecho de que tuviera una mano en el manillar de la moto y un pie en el estribo no responde a una postura de forcejeo. Este martes también han declarado agentes de los Mossos d'Esquadra pertenecientes a la policía científica. Concretamente aquellos que analizaron los guantes de la víctima. Han explicado que, según los análisis, no había residuos de pólvora en los guantes. Según su opinión, lo más probable es que si la víctima hubiera agarrado el cañón de la escopeta en el momento del disparo, conservaría restos de pólvora en los guantes. También han declarado los forenses que han explicado que el disparo se efectuó en contacto directo o casi directo con la víctima. La segunda jornada de juicio ha terminado con la lectura de las declaraciones que hicieron en el juzgado en fase de instrucción dos de los cazadores que aquel día estaban por la zona y que no han podido declarar en el juicio porque ya están muertos. Uno de ellos, que acompañaba al acusado en el momento de los hechos, declaró que iba hablando con el acusado con las escopetas colgadas porque se desplazaban de una zona donde estaba permitida la caza hasta otra donde también, pero que tenían que pasar por unos terrenos donde los propietarios no permitían que se cazara. Recoge su declaración que la víctima paró con la moto cerca de ellos y les preguntó qué hacían allí "de malas maneras" y que avisaría a los forestales. Se marchó, pero dio la vuelta y volvió con la moto gritándoles "hijos de puta, os mataré y mataré a los perros. No podéis estar en estas fincas", declara y añade que estaba "muy exaltado". Que entonces él se giró para ir a buscar a sus perros para retroceder y que oyó como el acusado le explicaba a la víctima que no estaban cazando y que le decía que "¿cómo quieres que pasemos, en helicóptero?". Que acto seguido, escuchó un disparo, se giró y vio como la víctima y la moto caían. Cuando le preguntó al acusado qué había pasado, dice que le dijo "me ha agarrado el arma y se ha disparado". El otro cazador que declaró entonces, no iba con el acusado, sino que estaba cazando con dos compañeros más en una zona próxima y no presenció los hechos. Fue, sin embargo, la persona con quien habló el acusado cuando llamó para explicar lo ocurrido. Primero de todo explica en su declaración que la víctima es una persona conflictiva y que le había impedido el paso en varias ocasiones y que había problemas para saber en qué zonas se podía cazar y en cuáles no. A continuación explica que aquel día, recibió una llamada del acusado que decía que había matado a alguien. Que aunque al principio no se lo creían, taparon los agujeros por las furas y fueron a casa a cambiarse antes de ir al lugar de los hechos. Es por eso, explica, que tardaron entre 35 y 40 minutos en llegar y que no llamaron antes a los Mossos porque pensaban que el acusado ya lo habría hecho. Finalmente explica que él entiende que fue un accidente y que considera al acusado incapaz de matar a nadie de manera intencionada.
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C CIUTAT
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