Los expertos la consideran una talla 'excepcional', por su historia y calidad artística. El Cristo de marfil adquirido por Pere Antoni d'Aragó, virrey de Nápoles entre 1666 y 1671, y donado a Poblet para realizar las exequias al rey Alfons V el Magnánimo, es una de las obras de arte destacadas que la Diputación de Tarragona restaura para el nuevo museo del Monasterio de Poblet. La pieza representa una de las mejores muestras de escultura barroca sobre marfil a escala europea, y una de las pocas muestras de este tipo art en el Estado.
La restauración de este Cristo y del resto de piezas artísticas, 115 en total, va a cargo de los Talleres de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Escuela de Arte de la Diputación en Tortosa, que trabaja en este proyecto desde antes del verano en virtud de un acuerdo entre la institución y el monasterio cisterciense. El objetivo es asegurar la correcta conservación de la colección de obras que deben formar parte de las nuevas salas expositivas Abad Copons y Abad Mengucho del Museo del Real Monasterio de Poblet. La inauguración de esta ampliación está prevista para principios de 2018.
El presidente de la Diputación, Josep Poblet, se ha desplazado este lunes al Monasterio de Poblet para presentar a los medios de comunicación la tarea de restauración que lleva a cabo la institución. Ha sido recibido por el abad del cenobio, P. Octavi Vilà, y el prior, P. Rafael Barruè, con los cuales ha hecho un recorrido por los espacios expositivos que se están acondicionando para acoger las piezas. También han conocido de cerca los trabajos que llevan a cabo las restauradoras, Carme Clemente, quien también es la coordinadora de los Talleres de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Escuela de Arte de la Diputación, y Amàlia Granell. Asimismo, le han acompañado durante la visita la directora de la escuela tortosina, Pilar Lanau, y la jefa de Cultura de la Diputación, Pilar Casas. El presidente de la Diputación ha destacado la tarea de los talleres de la Escuela de Arte de Tortosa, de la cual ha destacado su carácter de "centro de referencia en Cataluña en el mundo de la restauración", así como la importancia del encargo llevado a cabo por el Monasterio de Poblet, por la importancia histórica y cultural del recinto cisterciense y por el valor de las piezas objeto de la intervención. De su parte, el abad de Poblet ha agradecido a la Diputación el apoyo continuado al monasterio desde diferentes ámbitos.
Fondos de arte diversos
La colección de obras objeto de la actuación abarca pintura, escultura y orfebrería. Se trata de un fondo de arte diverso, que el monasterio ha recibido de su propio pasado y de donaciones privadas. Reúne piezas de alabastro, de vidrio, tablas pintadas, imágenes policromadas o sin policromar con diferentes materiales, pinturas sobre tela y objetos litúrgicos de orfebrería. A parte del Cristo de marfil, destacan obras como los dos paveses (escudos largos, rectangulares y oblongos) reales de madera con pergamino policromado de época medieval, el cáliz del abad Forès, datado en 1545 y realizado con plata y esmaltes en un taller de Barcelona, y otras piezas de platería, como relicarios, custodias o cruces procesionales.
La renovación del Museo de Poblet tiene como objetivo mejorar y ampliar los contenidos y espacios del actual espacio expositivo. Se pretende que este centro artístico pueda convertirse en un atractivo por sí mismo, independiente del circuito de visita al monasterio, y a tal fin se quiere ampliar la zona de exposición y dotarla de un discurso pedagógico y cultural que acompañe la colección expuesta y permita comprender mejor el conjunto del recinto cisterciense, catalogado como Patrimonio Mundial.
Además de la conservación del fondo de arte y de las actuaciones en el espacio del futuro museo, la Diputación colabora económicamente en el nuevo Centro de Visitantes que se construye en la entrada del recinto monástico, y que se configurará como espacio principal de presentación del monasterio en los aspectos territorial, paisajístico, cultural y espiritual. Es la zona destinada a entender qué es Poblet antes de iniciar la visita al interior del recinto monumental. Anexo al Centro de Visitantes, el futuro Jardín Bíblico recreará diferentes escenarios de pasajes básicos de inspiración bíblica a través de las plantas.
Todas estas inversiones que se llevan a cabo en el Monasterio de Poblet pretenden aumentar las visitas al recinto, hecho que repercutirá positivamente en la economía de la zona, no sólo en el área de influencia más cercana, sino también en el conjunto de la demarcación de Tarragona y del país.