La CUP de Tarragona ha llevado a cabo esta noche una asamblea abierta a todos los vecinos y vecinas de Tarragona en la que han participado una treintena de personas que han valorado qué papel debe adoptar el grupo municipal de la formación de cara al nuevo mandato para "contribuir verdaderamente a la transformación real, sólida y profunda que requiere la ciudad". Los miembros de la CUP hicieron un llamamiento a participar, mediante su metodología de trabajo asamblearia, a las personas que depositaron su confianza en la formación independentista en las elecciones del pasado 26 de mayo para que formen parte del proceso de decisión y toma de deliberación el cual combinará asambleas abiertas como la realizada hoy con las propias asambleas internas de la asamblea local y las conversaciones con las demás formaciones políticas que aseguran querer un cambio en la ciudad.
Antes del turno abierto de palabra, la portavoz de la CUP en el Ayuntamiento de Tarragona Laia Estrada ha explicado la valoración que la asamblea local de la formación hace de los resultados de las elecciones municipales. Los independentistas reconocen que "los resultados no son tan buenos como esperábamos en relación al trabajo realizado el último mandato", sin embargo, tal y como ha asegurado Estrada, "hay que hacer una buena valoración por el hecho de mantener dos concejalas si tenemos en cuenta la dinámica negativa de la CUP a nivel autonómico y la apuesta por el voto útil con la inercia de las elecciones estatales". Además, la formación valora muy positivamente que mientras el PSC ha sacado buenos resultados por todo el Principado, en Tarragona ha perdido votos, y la CUP se siente "responsable del desmantelamiento en la alcaldía gracias al trabajo realizado para destapar la corrupción imperante de la última década" y, en definitiva, que "algo se esté moviendo en la ciudad".
En la línea de la apuesta de la CUP por la transparencia, Estrada ha manifestado los motivos por los cuales los anticapitalistas decidieron investir a ERC, como es "la apuesta por una transformación y una acción de gobierno que plante cara a las élites de esta ciudad" y los cinco puntos de mínimos que planteaban, que son la modificación del POUM, para preservar la Anella Verda y acabar con el plan de la Budellera; el estudio independiente de la calidad del aire; el estudio de la internalización del contrato de la basura; la movilización del parque privado de pisos vacíos, para acabar con las problemáticas de vivienda; y, por último, aplicar unos presupuestos participativos destinando un mínimo del 1% del presupuesto del Ayuntamiento. También ha puntualizado que la CUP sigue a la espera de que ERC acepte públicamente los cinco compromisos que se han planteado para tener la certeza de que serán las líneas rojas.
Por su parte, la nueva concejala de los anticapitalistas en el consistorio tarraconense Eva Miguel ha expuesto los diferentes escenarios posibles y los diferentes papeles que podría tener la CUP de cara al próximo mandato. En el primer escenario que ha planteado, el cual sería con Josep Fèlix Ballesteros otra vez en la alcaldía, la formación da por cerrada ninguna opción que no sea hacer de oposición tal y como ha hecho los últimos cuatro años. El debate de la asamblea abierta ha girado en relación con el segundo escenario expuesto, con la investidura de Pau Ricomà y los pros y contras de hacer papel de oposición "constructiva y fiscalizadora del cambio" o, por el contrario, el de entrar a gobierno pretendiendo la responsabilidad de dos áreas desde las cuales "intervenir directamente y fiscalizar el cambio". Desde los asistentes se ha hablado de la necesidad de una gestión local transparente y que rompa con las dinámicas conocidas hasta ahora y también de la importancia de que los movimientos sociales estén activos y fiscalicen la acción de gobierno.
